El artista, Danny Shervin, pasa mucho de su tiempo perfeccionando sus imágenes de la naturaleza sólo para quemarlos cuando termina. Para cualquier otro tipo de obra, esto probablemente sería el fin de la pieza, pero es lo contrario para el trabajo de Shervin. Las llamas le dan vida a su obra al quemar el lienzo, dejando la huella de la obra de manera indeleble.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.