Por primera vez han descubierto cómo utilizar un láser infrarrojo para enfriar agua por unos 2ºC.

Esto inicialmente fue una cuestión difícil ya que normalmente el agua se calienta cuando es iluminada. Para lograr esto, el equipo utilizó un material que se encuentra con frecuencia en láseres comerciales, pero básicamente lo hicieron funcionar en reversa. Iluminaron un cristal microscópico suspendido en agua con luz de un láser infrarrojo para conseguir una especie de brillo que tenía un poco más de energía que esa cantidad de luz absorbida.

Este brillo con más energía se lleva el calor consigo de tanto el cristal y el agua que lo rodea.

También diseñaron un instrumento que usa una clase de “trampa láser” que “detiene” un solo nanocristal rodeado de líquido en una cámara iluminada con el láser frío. Para identificar si el líquido se esta enfriando, el instrumento también proyecta la sombra de las partículas de manera que permite a los investigadores observar cambios diminutos en su movimiento.

Conforme el líquido que lo rodea se enfría, las partículas atrapadas se alentan, permitiendo al equipo observar con claridad el efecto de refrigeración. También el cristal lo diseñaron de forma que cambie de color de un azul-verde a un rojo-verde conforme se enfría, como una especie de termómetro.

Hasta ahora sólo han demostrado el efecto de enfriamiento con un solo nanocristal, ya que el proceso con más cristales requeriría más poder del láser. Actualmente ocupa bastante energía este proceso y los pasos a tomar a futuro incluirán maneras de hacerlo más eficiente.

Este láser se podría usar en un futuro para enfriar componentes específicos en microprocesadores, por ejemplo, para evitar que se sobre caliente, a la vez permitiendo un procesamiento más eficiente de información.

También se podría usar para enfriar una porción de una célula conforme se divide para repararse, esepcialmente alentando estos procesos rápidos, dándole oportunidad a investigadores de observar cómo funcionan.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.