El plástico auto-adherente hace exactamente lo que dice su nombre. Es tan bueno con su propósito que a veces puede ser un gran dolor de cabeza. Tan pronto lo despliegas, se adhiere a si mismo y se vuelve imposible de abrir otra vez.
Pero tapar y guardar tus sobras y otras cosas en la cocina con este papel puede ser mucho más sencillo con un truco increíblemente fácil. Simplemente debes guardar este plástico en el congelador en vez de un cajón o lo que sea.
El material pierde un poco de sus cualidades adherientes cuando se mantiene frío por dos razones principales: primero, el aire frío evita que se crea la electricidad estática molesta. Segundo, la composición molecular del plástico–un polietileno con adhesivos adicionales–cambia cuando es expuesto a temperaturas diferentes.
La adhesión entre el plástico puede ser impulsado por las moléculas en la superficie reacomodándose para crear uniones químicas débiles. Las bajas temperaturas pueden inhibir este proceso un poco.
Esta teoría tiene sentido, ¿pero qué sucede cuando realmente lo pones a prueba?
Según investigadores que hicieron la prueba, dicen que el plástico es mucho más fácil de desenrollar y usar. No se adhiere a si mismo cuando está frío pero aún sirve perfecto para cubrir un plato. Conforme se calienta, regresa a sus cualidades adherentes, pero definitivamente es mucho más fácil de manejar cuando está frío.
Sugerimos que siempre uses las pestañas a los lados para mantener el rollo en su lugar.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.