Originaria de Bogotá, Colombia, la artista Diana Beltrán Herrera (1987) comenzó este proyecto escultórico observando la diversidad de aves presentes en su cuidad natal. Posteriormente realizó una investigación para identificar su comportamiento y aprender sobre su hábitat.
“Descubrí que yo vivía en una ciudad llena de naturaleza, pero de alguna manera el tráfico y el modernismo nunca me permitieron ver lo que estaba viviendo allí”, dice Herrera. “Con el tiempo, empecé a encontrar esas plantas, los animales y la vida en general y me sentí asombrada acerca de cada uno, pero el animal más recurrente era siempre el pájaro.”
Herrera hace a mano los pájaros de papel con acumulación de capas para formar la estructura de base, y después añade las colas y las plumas delicadamente curvadas. Finalmente agrega las piernas de alambre y y pinta las plumas para hacer los modelos lo más realista posible. Cada modelo lleva de 5 días a 2 semanas para completarse, dependiendo del tamaño y complejidad.
La mecánica es impresionante, y los resultados finales son realmente preciosos. Las aves le representan a Herrera una manera de abordar la separación de la humanidad de la naturaleza en un medio urbano.