Los gatitos son lindos, peludos e irresistibles, a menos de que termines haciéndolos enojar. Luego se convierten en pequeños demonios peludos e iracundos.
O así se sentirán ellos, cuando en realidad los ves con los pelos de punta y siseando, no puedes asustarte ni evitar que se te salga un “aww”. Pero sí deberías de darles su espacio cuando se portan así, sólo porque te da ternura no significa que no esté auténticamente irritado por algo.
Aquí hay varias imágenes de gatitos endemoniados:
Publicado por Othón Vélez O’Brien.