La insuficiencia venosa crónica es una enfermedad que se toma poco en cuenta en México, pese a ser un problema de salud pública que afecta a 80 por ciento de las mujeres y 20 por ciento de los hombres en edad productiva.

La jefa del Servicio de Angiología del Hospital de Especialidades La Raza del IMSS, Elizabeth Enríquez Vega, destacó que las personas que padecen esa enfermedad inician con síntomas a temprana edad, aproximadamente a los 18 años.

La prevalencia mayor, abundó, es entre los 30 y 40 años, problema que cuando no se trata puede ocasionar úlceras e incapacidad laboral y, en grados extremos de descuido, tener consecuencias fatales como embolia pulmonar.

En entrevista resaltó que la insuficiencia venosa crónica es un problema mundial en el que se mezclan factores genéticos, un estilo de vida sedentario, permanecer sentado o parado durante largo tiempo y presentar obesidad.

Insistió que es un padecimiento crónico que provoca incapacidad laboral con importantes repercusiones económicas y ocasiona un deterioro progresivo y significativo en la vida de los pacientes.

Pese a ello, “en México es una enfermedad no sólo subdiagnosticada, sino muy poco tomada en cuenta tanto por médicos como por los mismo pacientes y las autoridades sanitarias”, subrayó la especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El riesgo de desarrollarla es de 47 por ciento si uno de los padres tiene insuficiencia venosa superficial y de 90 por ciento, si ambos padres tienen enfermedad venosa.

La Unión Internacional de Flebología define a esta enfermedad como una condición del sistema venoso que se caracteriza por la incapacidad funcional adecuada del retorno sanguíneo, debido a anormalidades de la pared venosa y valvular, que lleva a una obstrucción o reflujo sanguíneo en las venas.

“El corazón es el órgano que bombea sangre oxigenada y nutrientes a través de las arterias a todos nuestros tejidos y una vez que aprovechan los nutrientes y el oxígeno, los desechos generados por las células regresan al torrente sanguíneo a través de la venas”, explicó.

Elizabeth Enríquez Vega añadió que las venas de las piernas tienen que regresar la sangre desde los pies hasta el corazón, lo cual las hace vulnerables a enfermarse.

Para evitar problemas de este tipo recomendó mantener un peso adecuado, hacer ejercicio como caminar al menos 40 minutos al día, andar en bicicleta o nadar, evitar realizar de forma extenuante deportes que impongan presión sobre las venas como tenis o squash, así como no hacer actividades que requieran cargar peso.

Sugirió también consumir una dieta balanceada alta en vitaminas y minerales y baja en grasas o azúcares refinados para protegerse contra todas las enfermedades crónicas, además de utilizar medias de compresión graduadas de uso médico, entre otros.

México, 22 Jul. (Notimex)