Las comunidades de bacterias que se alojan en los intestinos, cumplen varias funciones esenciales para mantener un buen estado de salud.
Según dos nuevos estudios, también podrían ayudar a determinar la eficacia de ciertos tratamientos contra el cáncer, entre ellos fármacos.
Las dos investigaciones –que se publican en el más reciente número de la revista Science – sostienen que estos microorganismos parecen modificar las respuestas del sistema inmunológico que son desencadenadas por estos tratamientos. Entre esas terapias se incluyen medicamentos que, se creía, actuaban directamente en las células cancerosas.
Luego de realizar varios experimentos con ratones, el equipo encabezado por el investigador japonés Noriho Iida, descubrió que tanto una terapia inmunológica para combatir el cáncer como una quimioterapia de platino, mostraron menor grado de eficacia en los roedores que no tenían flora intestinal. En este caso, las bacterias son necesarias para desencadenar una respuesta inmunológica innata contra tumores.
Por su parte, el estudio dirigido por la investigadora Sophie Viaud, del Instituto Gustave Roussy de Francia, demostró que el fármaco ciclofosfamida –utilizado en el tratamiento de linfomas– lleva ciertas bacterias del intestino al sistema linfático secundario y ahí desencadenan la producción de células “ayudantes” específicas y otros componentes del sistema inmunológico para atacar tumores. Los científicos advierten de que es necesario más investigación para corroborar si los efectos en ratones son similares en pacientes con cáncer que se someten a tratamientos como quimioterapia.