El fotógrafo Amos Chapple plasma en unas impactantes fotografías cómo es vivir a una temperatura media de -50°C
Situada en el corazón de Siberia, en Rusia, la aldea de Oymyakon es considerada como el lugar habitado más frío de la Tierra. Una temperatura de -67.7 ° C se registró allí en 1933, y ha sido la temperatura más baja registrada para cualquier lugar habitado en el mundo.
Fascinado por este hecho, el fotógrafo y periodista neozelandés Amos Chapple decidió emprender un viaje de dos días hasta Oymyakon para documentar con su cámara la vida de ese pueblo, donde sus habitantes corren el riesgo de congelarse si pasan muchos minutos al exterior.
“Llevaba pantalones estrechos la primera vez que salí fuera. Estabamos a una temperatura de -47°C . Recuerdo sentir como el frío agarraba físicamente mis piernas. Otra sorpresa que me llevé fue que mi saliva se congelaba y me pinchaba los labios” cuenta Chapple.