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Estás viendo la cara de una mujer; sus contornos y facciones se ven bastante familiares. Ves su ondulante cabello castaño, la amplia sonrisa, los ojos con forma de almendras. Probablemente también podrá hacer una descripción sobre ella: Anfitriona famosa de un programa de entrevistas, actriz en «The Color Purple», filántropa.

Sientes esa sensación de frustración, porque tienes su nombre en la punta de la lengua, pero no lo puedes recordar.

La persona, por supuesto, es Oprah Winfrey. La incapacidad de recordar el nombre de una cara tan famosa para algunas personas es uno de los varios síntomas de una enfermedad cerebral llamada afasia progresiva primaria (APP).

La enfermedad «afecta a la capacidad de una persona para comunicarse», dice Tamar Gefen, un aspirante a doctorado en el Cognitive Neurology and Alzheimer’s Disease Center (Centro de neurología cognitiva y enfermedad de Alzheimer) en la Escuela de Medicina de Feinberg en la Northwestern University, agregando que la enfermedad ataca a los centros del lenguaje en el cerebro.

«Lentamente, con el paso del tiempo, la persona pierde la capacidad de nombrar, comprender, escribir y comunicarse», dice Gefen.

La pérdida no es fugaz, es persistente, progresiva y paraliza socialmente. Los pacientes no tienen tan sólo dificultades en nombrar a Oprah, tienen problemas para reconocer a sus propios familiares o amigos. Todo esto vuelve importante el tener una prueba precisa para la enfermedad.

Aunque las caras que se presentaban a los pacientes cuando se les examinaba para APP eran personas famosas en la década de 1950, ahora se utilizan en la prueba caras más contemporáneas como Winfrey, la Princesa Diana, Albert Einstein, Mohammed Ali y Barbra Streisand. Rudy Vallee y James Cagney también se encuentran entre esas caras.

«Creamos una prueba es que más adecuada para aquellos individuos más jóvenes que corren el riesgo de aparición de demencia», dice Gefen.

Tiene sentido, dijo Gefen, si una persona más joven no sabe el nombre de alguien fuera de su marco cultural, no puede ser una señal de demencia. La APP se diagnostica cada vez con mayor frecuencia a personas con menor edad, algunas veces tan jóvenes como de 40 años.

Por supuesto, la investigación, publicada el lunes en el periódico Neurology, no se trató únicamente de una nueva prueba para la demencia. Gefen y sus colegas querían trazar el camino del daño que la APP talla en el cerebro.

Hicieron la prueba a 30 personas con APP y la compararon con un grupo similar sin la enfermedad. Como se predijo, el grupo con APP tuvo resultados significativamente peores al nombrar caras, sin embargo fueron una mayor relevación las pruebas realizadas con escáner a los pacientes que mostraron daño cerebral, lo cual podría explicar los malos resultados en las pruebas.

Resulta que la dificultad para nombrar caras se relaciona con atrofia de tejido en el lado izquierdo del cerebro, mientras que la dificultad para reconocer una cara se relaciona con daño en ambos lados del cerebro.

Estas áreas son distintas en otros tipos de demencia, como la enfermedad de Alzheimer, en la que ambos lados del cerebro resultan afectados.

«La gente escucha demencia y cree que es un término general utilizado para la enfermedad de Alzheimer y el deterioro de la memoria», dijo Gefen. «Existen claramente distintos tipos de demencia y cada uno marca un cambio anatómico subyacente diferente».

De acuerdo a Gefen, una mayor claridad en el daño y especificidad del tipo de demencia podrían reducir los diagnósticos erróneos de APP, que muchas veces se confunde con una apoplejía o una enfermedad mental.

Y más adelante, podría también significar un tratamiento claro y específico.

CNN