“El fútbol es el ballet de la clase trabajadora”,
Alf Garnett, personaje de una comedia de TV*
¿Cuál es el problema del fútbol inglés? La proliferación de jugadores extranjeros, dicen unos; la falta de talento de los futbolistas locales, dicen otros; la miopía de los dirigentes, la avidez de los propietarios, academias que siempre marchan dos pasos detrás de los métodos más modernos…
La lista es extensa y ahora un respetado comentarista, Gabriele Marcotti, ha agregado un factor más: la falta de integración de la clase media en el perfil social del futbolista inglés.
El debate tiene sus años de incubación: sucesivos fracasos en los grandes torneos internacionales han persuadido a los dirigentes y comentaristas ingleses de la necesidad de una reestructuración del fútbol nacional.
Hace unos seis meses, Greg Dyke, el presidente de la FA (Asociación Inglesa de Fútbol), puso en marcha un proceso de consultas para “corregir el rumbo del barco” en un proceso cuyo desarrollo no debería exceder los ocho años.
Objetivo Qatar
Esto significa que Inglaterra, según la FA, debería ganar el Mundial Qatar 2022.
Dyke señaló la paulatina reducción del porcentaje de jugadores ingleses en la Premier League: 69% en 1992/93; 38% en 2002/03; 32% en 2012/13.
La FA ha aplazado el debate de sus propuestas hasta después del Mundial de Brasil, supuestamente a pedido del seleccionador Roy Hodgson, quien teme que la discusión socave el rendimiento del plantel.
Los periodistas del Times aprovecharon el vacío para hacer sus propias recomendaciones, entre las cuales se destacan las siguientes:
- Una duplicación (a £24 millones anuales) de la inversión en instalaciones del fútbol base y una ampliación significativa del gasto en la formación de entrenadores.
- Exigir a los clubes que incluyan un mínimo de 10 jugadores formados en Inglaterra (no necesariamente ingleses) en su plantel de 25 hombres y por lo menos seis en la lista de 18 jugadores del día del partido.
- Una revisión del sistema de préstamos y la posibilidad de introducir sociedades o relaciones formales entre clubes de la Premier League y de otras divisiones, para superar el bloqueo que afecta a jugadores jóvenes.
- Una suspensión de la Premier League a mitad de la temporada y, de ser necesario, reducir el número de clubes de 20 a 18.
Esto último está tomado del sistema alemán, que suspende la Bundesliga (de 18 equipos) durante seis semanas, desde mediados de diciembre hasta fines de enero… un periodo de intensa actividad en el fútbol inglés.
Los seleccionadores ingleses suelen quejarse de que sus jugadores están agotados tras el calendario nacional más exigente del fútbol internacional.
Perfil social
Es probable que la FA coincida con las propuestas del Times, pero es difícil que incluya una recomendación para diversificar el perfil social de los futbolistas ingleses: el tema, con sus ramificaciones políticas, espantará a los dirigentes.
Marcotti es uno de los periodistas deportivos con mayor experiencia internacional.
Su biografía en Wikipedia dice que nació en Italia y se crió en Estados Unidos, Alemania y Japón. Ahora vive en Londres y contribuye para medios periodísticos de varios países, en particular Inglaterra, Italia y Estados Unidos.
Pues bien, este profesional asegura que en ningún país ha encontrado un fenómeno de exclusión social tan marcado como en el fútbol inglés, donde, con “la excepción de tipos como Frank Lampard y Jamie Redknapp”, casi todos los futbolistas nativos “son de clase trabajadora o más baja aún”.
En otros países, dice el comentarista, los futbolistas provienen de todos los sectores sociales: si esto se rectifica en Inglaterra, agrega, el fondo de talento nacional se duplicará de repente.
Sociedad y deporte
Es necesario destacar que la tradicional división de clases, trabajadora, media y alta, ya no tiene la misma vigencia: se han introducido otras clases, entre ellas el “precariado”, según un reciente estudio académico.
La identificación de la clase trabajadora inglesa con el fútbol se ha dado en un marco social y político que simultáneamente encasilló a la clase media en la práctica de otros deportes, especialmente el cricket, el rugby y el tenis.
Este esquema no es tan rígido como puede parecer, ya que el rugby de Liga, por ejemplo, tiene una intensa participación de la clase trabajadora, en contraste con el rugby de Unión, que sólo se hizo profesional en 1995.
Ejemplo del cricket
Y también hay que matizar la historia del cricket: Rob Hasting, en un artículo del Financial Times de 1952, escribía que ya entonces estaban por un lado los Gentlemen y por otro los Jugadores. Los jugadores pertenecían a la clase trabajadora y se les pagaba (no mucho) por su trabajo. Los caballeros, en cambio, de clase media o aristocrática, podían jugar por amor al deporte.
Como es natural, el costo de la práctica de cada deporte es tal vez el factor principal que marca su adopción por las diferentes clases sociales: para jugar al fútbol todos sabemos que sólo se necesita una pelota… de trapo, tal vez.