Google Glass, los lentes tan esperados por seguidores de la tecnología portable, no son disruptivos solamente en ese ámbito, también en la tecnología asistencial, es decir aquella que facilita la vida de personas con cualquier tipo de discapacidad: motora, sensorial o intelectual. Pero el dispositivo de Google no es el único que ha dado pasos en ese sentido.

La startup Sension construye un software de seguimiento facial para los lentes de realidad aumentada, con la finalidad de reconocer patrones en las expresiones y por tanto, las emociones de la persona.

A decir del fundador de Sension, Catalin Voss, de 18 años, el seguimiento y reconocimiento facial resultará útil para las personas con autismo, quienes al entender a los otros como una extensión de ellos mismos, no son capaces de reconocer las emociones a través de los gestos.

Independencia en una mirada

Para quienes han perdido movilidad en su espina dorsal por un accidente o que simplemente nacieron con parálisis cerebral resulta frustrante no poder usar una computadora para comunicarse.

PCEye Go es un software desarrollado por la firma Tobii, dedicada a soluciones para personas con discapacidad, que a través de un equipo parecido al Kinect, lee los movimientos de los ojos cuando éstos se desplazan para ver una parte u otra de la pantalla de la computadora. Si se quedan fijos en una letra o elemento, la mirada se convierte en el puntero digital y en un clic.

“Realmente siento que recuperé algo de independencia, mis cosas en la red son mías y nadie debería de poder verlas más que yo”, se puede escuchar en un video a Stephen Murray, medallista de los juegos en patineta BMX, quien después de una caída quedó parapléjico.

De bajo costo

Si bien los Google Glass estarán a la venta hasta 2014, y el software de Tobii no son tan accesibles en su precio, la unión de varias tecnologías dan como resultado prótesis de bajo costo. Se trata de la impresión 3D y de la mecánica al construir una mano artificial.

El carpintero de Sudáfrica, Richard Van As y el artista estadunidense Ivan Owen crearon Robohand, una mano con finos cables de acero que actúan como tendones, la imprimieron en 3D y la donaron a un pequeño que puede controlar si se abre o cierra al mover hacia arriba o hacia abajo la muñeca.

Además los planos de Robohand se encuentran en internet, lo que da la posibilidad a las personas sin esta extremidad de mandar a imprimir la propia a cambio de 150 dólares usados en partes para ensamblar.

Movilidad automática

También existen inventos que facilitan la movilidad espacial de las personas que no pueden caminar. El Kenguru, hecho por Stacy Zoern, quien sufre de atrofia muscular, es un carro eléctrico en el que el conductor puede permanecer en su silla de ruedas, reportó el sitio de tecnología Mashable.

El límite de velocidad de este carro es de 25 kilómetros por hora y estará disponible “pronto” en el Reino Unido, de acuerdo a su sitio en línea.

En México la Universidad Nacional Autónoma de México desarrolló a inicios de este año un sistema de inmersión virtual para el entrenamiento de personas discapacitadas, que sirve para acelerar la asimilación y adaptación de una prótesis.

El usuario dirige las contracciones musculares a través de terminales conectadas a sus nervios, y puede visualizar el impacto que tendrían sus señales enviadas en una mano de prótesis, a través de gráficos en la computadora.

Fuente: Vanguardia