El gobierno de Nicolás Maduro incorporó a la productora cinematográfica estatal “La Villa del Cine” a sus planes de propaganda para ensalzar y vender las presuntas virtudes del socialismo, denunció hoy el politólogo y cineasta Oscar Lucién.

“De esta forma, el gobierno amplía su hegemonía comunicacional, sustentada en un importante número de medios entre los que se cuentan televisoras, radioemisoras y periódicos”, precisó el catedrático de la pública Universidad Central de Venezuela (UCV).

Lucién explicó a Notimex que de ahora en adelante la productora de películas pasará a formar parte de la “avalancha de medios” que controla el Ministerio de Comunicaciones e Información (Minci), que rige la política informativa y publicitaria del gobierno.

“La decisión de Maduro de anexar esta productora, que nació como un proyecto cultural, a su trasnochado proyecto político socialista, es algo inaudito, ya que ningún gobierno socialista tuvo al cine bajo el ministerio de propaganda”.

Advirtió que eso sólo lo hicieron los nazis, con Goebbels y Mussolini en Italia, en una época en que la política dirigía al cine, “fue tanta la intervención que era frecuente ver a estos personajes en los sets de filmación ordenando lo que debía tomarse”.

Destacó Lucién que “La Villa” siempre hizo cine de propaganda y de manipulación histórica, pero con empaque cultural, es decir, “Era un producto cultural con sesgo político, pero ahora será un producto político al que se le va a dar ropaje cultural”.

El decreto asoma “la necesidad nacional de garantizar la continuidad y consolidación de la Revolución Bolivariana y la construcción de una supremacía comunicacional, por lo que parece claro hacia donde se enfocarán las cámaras de la productora estatal”, añadió.

“Las películas, si antes resultaban un fiasco, ahora serán peores porque estarán más orientadas al culto a la personalidad del presidente fallecido Hugo Chávez o de Maisanta (un legendario guerrillero venezolano), Fidel Castro, el Ché Guevara y Mao Tse Tung”.

Lucién dijo finalmente que la experiencia ha demostrado que el Estado no tiene por qué ser productor de cine, por lo que este empeño en someter al país a una sola verdad hay que denunciarlo como un proyecto global hegemónico de absoluto control comunicacional.

Caracas, 15 Abr (Notimex).-