Mantener a raya nuestra intimidad en las redes sociales, incluso aunque las usemos sin parar, no es tan complicado como parece.
Un día tu pareja te pide tu móvil para actualizarlo. Desde entonces la batería se agota con rapidez y terminas descubriendo que te ha instalado una aplicación para saber dónde estás, con quién hablas y leer tus mensajes. Parece la trama de una película de espías, pero sucede. Aunque un caso así afortunadamente es extraño que ocurra nos pone sobre una pista: nuestra intimidad puede quedar expuesta en internet de las formas más inesperadas.
Tanto es así que ni los que cuentan con la ayuda de un community manager para administrar su presencia en internet las tienen todas consigo. Es conocido por ejemplo el caso de David Ferrer en Twitter. El tenista publicó un mensaje promocional de Samsung desde un iPhone sin darse cuenta de que aparecía idetificado el dispositivo con el que había publicado el tuit.
Gran parte de la culpa de que cosas así sucedan la tienen las innumerables trampas tecnológicas que nos ponen algunas aplicaciones y redes sociales. Ellas son las responsables de que nuestros contactos pueden saber a que hora nos acostamos o dónde estábamos el fin de semana sin que nosotros nos enteremos. Pero que no cunda el pánico. Ni hace falta cerrar nuestros perfiles en internet ni deshacernos del teléfono. Hacernos visibles e invisibles en la red cuando queramos no es tan difícil.
Las aplicaciones de mensajería y los servicios de geolocalización son los principales responsables de que nuestros contactos puedan chismorrear cuando estamos conectados y dónde estamos. Aunque también tienen su peligro algunas aplicaciones y ciertos sistemas operativos para móviles. Por ejemplo, la aplicación de mensajería de Google, Hangouts, tiene la mala costumbre de que sea verdaderamente difícil hacernos invisibles en su chat. La única forma de lograr aparecer desconectado es acceder a las opciones de configuración y cerrar nuestra sesión. Por cosas así no te debería extrañar si al llegar al trabajo un compañero te dice que anoche te acostaste tarde. Puede que incluso sepa dónde estabas si además te dio por subir una foto a Instagram, Facebook, Flickr o a Twitter con la localización del móvil activada.
Para los que no se llevan bien con la tecnología evitar algo así parece una tarea imposible, pero en realidad es más sencillo de lo que parece. Para empezar conviene ver los videos que la Agencia Española de Protección de Datos ha publicado en su canal de Youtube.
En ellos se explica como controlar la privacidad en Twitter, que es bastante sencillo; en Facebook, la red más complicada para lograrlo; en Google+, que también pone las cosas difíciles; en Tuenti; en los navegadores Chrome, Internet Explorer y Firefox; y en Android, el sistema operativo que más quebraderos de cabeza puede dar. Sobre todo porque Google lo tiene plagado de opciones y aplicaciones propias que no son fáciles de domar. Si usamos un iPhone o un móvil con Windows Phone las cosas son más sencillas.
Otra aplicación que puede dar dolor de cabeza es WhatsApp. Por defecto le cuenta a todo el mundo el último momento a el que estuviste activo en la plataforma. Para remediarlo hay que modificar los ajustes de la aplicación en el apartado de privacidad. Ahí podremos configurar que no aparezca la última vez que estuvimos conectados, quién puede ver nuestra foto de perfil y si deseamos o no mostrar un mensaje de estado.
Pero aunque pensemos que tenemos nuestros móviles, redes sociales y aplicaciones configurados para controlar nuestra intimidad siempre puede haber trampas que no nos esperamos. Hace poco Instagram eliminó una opción que causó controversia entre algunos usuarios. Si enlazábamos la aplicación de esa red de fotografía con Facebook todos tus contactos se enteraban de cuales eran tus fotos favoritas en Instagram. A algunos esto podría importarles poco. Pero si te deba por poner likes a selfies de gente posando en plan sexy todos tus contactos de Facebook se enteraban. Para evitar sorpresas como esa te pueden ayudar estos cinco consejos.
1. Cuidado con las aplicaciones que conectas con tus redes sociales. Son el mejor caballo de Troya que puede existir para que aparezca un agujero por el que te pueden espiar. Las que tienen más peligro son sobre todo las aplicaciones que ofrecen cualquier barbaridad, como asegurarte que ligarás en cinco minutos. Si a pesar de todo conectas una aplicación con una red social comprueba al menos si es capaz de publicar mensajes en tus redes sociales.
2. Si quieres registrarte en una red social no lo hagas con la cuenta de otra. A veces por comodidad usamos nuestra cuenta de Facebook, Google, Twitter o cualquier otra para darnos de alta en una red social. Pero con frecuencia no leemos la letra pequeña de lo que eso supone. Puede equivaler a venderle nuestra alma al diablo.
3. Mantén a raya el GPS. Si por lo general tienes desactivado el servicio de ubicación geográfica de tu móvil pero necesitas ponerlo en marcha para hacer cosas como consultar un mapa recuerda volver a desactivarlo. Tampoco está de más que eches un vistazo a la configuración de tus aplicaciones de fotografía para ver si están accediendo a tu localización geográfica. Si es así cualquiera podría descargar una de tus fotos de internet y saber dónde se hizo usando un programa que sea capaz de leer esa información. Incluso es posible averiguar dónde vives si la foto está hecha en tu casa.
4. Ten especial cuidado con Google y Facebook. Google tiene numerosos servicios y aplicaciones que tiende a interconectarse entre si. Por ejemplo si tienes un blog en Blogger y una cuenta en Google+ por defecto cada vez que publiques un post en tu blog aparecerá reflejado en Google+. Facebook por su parte cuenta con elementos que es imposible controlar, como el panel que muestra en tiempo real todo lo que haces en esa red a tus contactos. Al menos al grupo que por defecto tienes asignado para que vea tu actividad. Así que si no quieres que nadie sepas que estás usando Facebook en un determinado momento lo único que puedes hacer es dejar de usarlo.
5. Si llevas una doble vida modera el uso que haces de las redes sociales. Los hay que llevan dos o tres vidas a la vez. Si es tu caso no uses demasiado las redes sociales. Pues es muy probable que alguno de los personajes de alguna de tus vidas acabe apareciendo dónde menos te lo esperas. En cualquier caso lo mejor es compórtarte en internet de la misma forma que lo haces fuera de él. Al fin y al cabo la red es parte de tu vida, no la veas como un escenario teatral.
Fuente: SModa