A la hora de la dieta, por lo general la gente sólo le pone atención a lo que comen, pero casi nunca tomen en consideración lo que están bebiendo. Aunque no lo creas, lo que bebes también es parte de tu dieta y puede perjudicar el resto de tus esfuerzos para bajar de peso. Aquí hay algunos hábitos de bebidas que te están complicando llegar a tu meta:

Bebes muchos jugos verdes

Un jugo verde es suficiente para sentir que le estas haciendo bien a tu cuerpo, pero también tiene una desventaja oculta. Muchos de estos jugos que consigues suelen estar cargados de azúcar y endulzantes artificiales. Es bueno beber jugo, pero lo malo de licuar la fruta es que pierde muchos de sus beneficios. Así que intenta consumir tus frutas y verduras de forma sólida.

No bebes suficiente

Mucha gente no se da cuenta de que el agua es un antioxidante. La mayoría de la gente no consume suficiente agua y mucha gente confunde la sed por hambre. Lo peor del caso es que puedes acostumbrarte a la deshidratación, así que tu cuerpo intenta funcionar con menos agua de lo que necesita. Te sentirás bien, pero los efectos bastan para perjudicarte con 2% de deshidratación.

Te excedes con la cerveza

El alcohol no es tu amigo si lo que quieres es bajar de peso, sin embargo, hay ciertas bebidas que puedes tomar sin hacerle mucho daño a tu figura. El vino, la champaña y algo con agua mineral son buenas opciones. La cerveza es un poco más complicada. La cerveza puede causar una respuesta inflamatoria que resulta en fluctuaciones grandes de peso o como mínimo, mucho hinchamiento.

Exagerar con la porción de tus licuados

Los licuados son ideales para subir de peso, no perderlo. Son excelentes para sentirte lleno y consumir muchos ingredientes saludables a la vez, pero no son tus amigos cuando quieres bajar de peso. Sin embargo, son buenos en moderación, pero aún así pueden sumarle mucho a tu figura. Así que cuando te prepares un licuado, procura que estés consciente del contenido calorífico que le estas agregando.

Bebes refresco dietético

No te confundas, aunque el envase dice “dieta,” el refresco dietético es tan malo para ti como el normal. Existen receptores dulces no sólo en la lengua, sino que también en tu sistema digestivo. Cuando estos son estimulados, producen insulina, una hormona para almacenar grasa. El problema aquí no son las calorías en si, sino que la respuesta hormonal que causan los endulzantes, además estos refrescos afectan la manera que tu cuerpo responde al azúcar. Tu lengua se vuelve menos sensible a los sabores dulces, por lo tanto exigiéndote más de algo dulce cuando entran los antojos para darte satisfacción.

Causarte antojos inducidos por el alcohol

A todos nos ha pasado: una noche de bebidas y es muy difícil resistir cualquier porquería de alimento que se nos cruce. El alcohol hace que se te antoje comida chatarra y podría reducir tu capacidad de saborear la comida, causando que quieras más para darte la satisfacción que buscas.

Te excedes con el café

Una taza de café puede ser muy bueno para mejorar tu desempeño a lo largo del día, mientras no te excedas. El café te mantiene activo porque produce adrenalina, pero más de tres tazas al día y estas pidiéndole mucho a tu cuerpo. Sentirás fatiga y no tendrás ese aumento de adrenalina cuando lo necesites. Además, el café en sí no te afectará mucho para bajar de peso, pero todo lo que le agregas al café puede incrementar mucho las calorías.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.