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¿Alguna vez quisiste comprar algo por Internet pero el miedo a ser víctima de una estafa te ha hecho cambiar de idea? Si te encuentras entre las numerosas personas que aún desconfían de Internet como medio de compra, presta atención a estos sencillos consejos, que te ayudarán acomprar de forma segura y te enseñarán a evitar páginas fraudulentas.

Adquirir productos a través de la red tiene muchas ventajas que hoy en día, con el ajetreo de la vida moderna, no se pueden ignorar. Comprar a cualquier hora y sin salir de casa cualquier objeto que se encuentra a miles de kilómetros de distancia o que es imposible encontrar en nuestro país es una realidad a la que no podemos dar la espalda. Internet está lleno de ofertas y anuncios, por eso es un excelente escaparate ya sea para comprar o para vender.

En primer lugar, antes de realizar alguna compra, conviene rastrear la red para hacernos una idea de los precios de mercado. En páginas de clasificados gratis encontraremos infinidad de anuncios que nos pueden servir para orientar nuestra búsqueda. Por ejemplo, si lo que estamos buscando es un auto de segunda mano, podremos realizar una búsqueda generalizada por “autos” o, si por el contrario sabemos qué modelo de auto en concreto queremos, podremos introducir la marca y encontrar en pocos segundos a miles de propietarios que ofrecen, por ejemplo, Fiat uno usados y comparar los precios antes de decidirnos.

Una vez elegido el producto que deseamos, podremos adquirirlo pagándolo de distintas maneras.

La mayoría de las páginas de compras online ofrecen el pago con tarjeta de crédito, por ser el más rápido y fácil. Eso sí, antes de realizar ningún pago u ofrecer nuestros datos bancarios, debemos comprobar que nos encontramos en una web con seguridad habilitada, que nos garantice que los datos que ofrecemos están cifrados y nadie puede verlos desde el exterior. Una manera de reconocer si un sitio es seguro es comprobar que la dirección empieza por https:// o que incluye un candado en la parte inferior derecha de la página.

Una vez comprobado, podremos ofrecer nuestros datos sin miedo. Si aún así seguimos sin fiarnos, algunos bancos ofrecen la posibilidad de abrir tarjetas prepagas que se recargan cada vez que el cliente lo necesita y que no están vinculadas a ninguna cuenta corriente.

Otro modo de pago es Paypal, un sistema muy seguro, ya que no es necesario ofrecer ningún dato bancario en el momento de la transacción, sino que cada cliente tiene una cuenta con un nombre de usuario una clave de acceso secreta.

Junto con estos sistemas, todavía sigue vigente el tradicional método del pago contrareembolso, o lo que es lo mismo, pagar cuando recibimos los productos. Es un método seguro casi al 100 por cien, porque no es necesario dar ningún dato personal y sólo pagamos cuando el producto está en nuestras manos.

Además, es importante tener sentido común y desconfiar de los precios excesivamente bajos, porque en ocasiones pueden ser sinónimo de productos en mal estado o falsificaciones. Teniendo en cuenta estas sencillas medidas de seguridad, comprar por Internet tiene las mismas garantías que las compras en tiendas físicas.

Fuente: Acceso directo