Comer en exceso y estrés, enemigos del buen dormir, advierten
La dificultad para conseguir un sueño reparador que permita reponer la energía utilizada durante el día puede asociarse con algunos malos hábitos en la higiene del sueño.
El coordinador de Salud Mental de la Secretaría de Salud local, Agustín Vélez Barajas, explicó que el sueño es una actividad fisiológica del organismo que tiene la finalidad de que el cuerpo recupere funciones que se perdieron durante el día.
Por ello, sostuvo en entrevista con Notimex, es fundamental evitar un conjunto de acciones, previas a la hora de dormir, para permitir que este proceso fisiológico se desarrolle sin alteraciones y procurar un sueño tranquilo.
Entre las medidas que se deben evitar como parte de una buena higiene del sueño es comer en exceso antes de acostarse, ya que ello puede generar una alteración del sueño tipo pesadilla, que se le conoce popularmente como que “se nos subió el muerto”.
Explicó que el exceso en la comida provoca una alteración en el diafragma porque el estómago está muy lleno y evita una buena respiración; además, como los músculos se relajan durante el sueño, se produce una flacidez del cuerpo que a la persona le hace suponer que está como paralizado.
Otro hábito recomendable es el de no irse a la cama inmediatamente cuando se llega estresado o enojado, sino primero relajarse “no conviene irse a dormir con los problemas en la cabeza”, ya que esto dificultará conciliar el sueño.
Asimismo, en la medida de las posibilidades, evitar colocar la televisión en el dormitorio para no alterar los ciclos del sueño y por el contrario ponerla en la sala para que cuando se tenga sueño entrar sólo a dormir.
Puntualizó que se debe evitar el consumo de estimulantes como café y nicotina, además de sustancias como el alcohol antes de acostarse, ya que eso también influye en un buen descanso.
De acuerdo con el especialista, los trastornos del sueño pueden ser por una incapacidad de dormir, denominado insomnio, un exceso en el dormir, hipersomnia, así como por alteraciones diversas entre las que se encuentran el sonambulismo, pesadillas y terrores nocturnos.
Destacó que la alteración más frecuente es la del insomnio, que de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se presenta en 10 por ciento de la población, lo que prevalece para la capital del país.
Dentro de este trastorno existen dos tipos principales, que son el insomnio temprano, el cual se presenta cuando se tiene dificultad para iniciar el sueño, y el tardío, cuando la persona se despierta y no puede volver a conciliar el sueño.
Agregó que el primer tipo de insomnio se asocia a trastornos de ansiedad o estrés, en tanto que el segundo a trastornos del estados de ánimo como la depresión.
Vélez Barajas manifestó que un trastorno del sueño se identifica cuando una persona presenta dificultades para dormir durante un periodo de un mes, y se considera crónico cuando éste se prolonga por al menos seis meses.
Finalmente indicó que cuando se identifique esa periodicidad en cualquier variante, es conveniente acudir al Centro de Salud para que el médico identifique el origen del problema que también se puede asociar a diversos padecimientos físicos.