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El mercado de cine chino acecha con cifras abrumadoras al de EE.UU. Las superproducciones se trasladan a China buscando dinero y público

James Bond peleando con un asesino a sueldo en un rascacielos de Shanghái y siguiendo la pista del malvado Silva en Macao en «Skyfall».Monstruos al más puro estilo Godzilla destrozando Hong Kong en su lucha contra gigantescos robots controlados por humanos en «Pacific Rim». Y Bruce Willis viajando al futuro, China, en «Looper»…

La moda no ha hecho más que empezar. Cinéfilos sin fronteras, prepárense para el aluvión de películas ambientadas en China que se espera para los próximos meses. En la mayoría de los casos, no serán cintas chinas propiamente dichas, sino coproducciones de Hollywood con compañías de este país.

El motivo es bien sencillo y no responde, precisamente, a una mayor sensibilidad artística por el celuloide del Lejano Oriente, sino a una razón mucho más prosaica: el dinero. Con 17.500 millones de yuanes (2.870 millones de dólares) recaudados en taquilla hasta finales de octubre, China es ya el segundo mayor mercado cinematográfico del mundo tras Estados Unidos, cuyos 40.000 cines alcanzaron en 2012 los 10.800 millones de dólares (7.858 millones de euros). Pero, según un informe de la consultora Ernst & Young, el gigante asiático podría arrebatarle el primer puesto en los próximos siete añosgracias al ascenso de la clase media que ha traído su extraordinario crecimiento económico.

Diez salas nuevas al día

Ante esta auténtica revolución social y cultural, los estudios de Hollywood han puesto sus ojos en China, donde ya funcionan 15.000 cines y se abren diez nuevas salas cada día. Tras producir grandes éxitos globales como «Shrek», «Madagascar» y «Kung Fu Panda»,DreamWorks Animation está construyendo en Shanghái un estudio para rodar películas de dibujos animados junto a tres socios locales apoyados por las autoridades de la ciudad: China Media Capital, Shanghai Media Group y Shanghai Alliance.

Con un presupuesto de 350 millones de dólares (254 millones de euros), el estudio de OrientalDreamWorks se ubicará en un distrito artístico que aspira a convertirse en el Broadway de esta vibrante megalópolis de 20 millones de habitantes. Dicha zona, que costará 3.100 millones de dólares (2.255 millones de euros), albergará tres teatros y la mayor sala de cine Imax del mundo, que abrirán sus puertas en 2016. Ese año también está previsto que se inaugure en la ciudad un parque de atracciones de Disney, distribuidora de las películas de DreamWorks, cuyo coste asciende a 4.400 millones de dólares (3.200 millones de euros). Esta Disneylandia será la segunda de China tras la de Hong Kong, abierta en 2005, y la tercera de Asia después de la excolonia británica y Tokio.

Además de coproducir la tercera parte de «Kung Fu Panda», de la sucursal de DreamWorks en Shanghái saldrán películas de animación exclusivas para el mercado chino. Aunque la matriz estadounidense solo tendrá el 45 por ciento de Oriental DreamWorks, sus coproducciones tendrán más facilidades para estrenarse en China, donde solo se permiten cada año 34 películas extranjeras, de las cuales 14 deben ser proyectadas en pantallas de 3D o formato Imax.

Iron Man 3 de ojos rasgados

Para sortear tanto este cupo como la censura que impone el autoritario régimen de Pekín, los estudios de Hollywood vienen recurriendo a lafórmula de la coproducción. Es el caso de la cuarta entrega de «Transformers», que incluirá mayor presencia china en los protagonistas y escenarios para captar a la audiencia y mejorar el éxito de la tercera parte, que fue la película más taquillera de 2011 en este país al recaudar 170 millones de dólares (123 millones de euros). En ocasiones, las ganas de complacer a la audiencia son tales que las productoras incluso ruedan una versión especial para el mercado chino.Así lo hicieron Disney y Marvel con «Iron Man 3», cuyo metraje adicional incluía la participación de la estrella local Fan Bingbing y minimizaba el papel del villano, bautizado el Mandarín con bastante poco acierto.

Dejando atrás los tiempos en que Hollywood metía el dedo en el ojo a Pekín y sus películas eran prohibidas, como pasó en 1997 con «Kundun» de Scorsese y «Siete años en el Tíbet» de Jean-Jacques Annaud, para los próximos meses se esperan coproducciones como«Skiptrace», ambientada en Hong Kong y con un héroe de ojos rasgados como Jackie Chan, y «Flying Tigers», que narra las heroicas aventuras de los pilotos estadounidenses que se unieron a las Fuerzas Aéreas chinas durante la Segunda Guerra Mundial.

Con tal de hincarle el diente a la segunda mayor audiencia del planeta, las productoras ambientaron en China el último «Karate Kid», un arte marcial que por cierto es japonés, introdujeron en la película personajes orientales que no estaban en el libro «La pesca del salmón en Yemen» o cambiarán a los malos de la nueva versión de«Amanecer rojo» para que sean norcoreanos. Pero, a veces, ni siquiera estos trucos bastan para triunfar en la taquilla china, donde seis de los ocho títulos más exitosos del año 2013 han sido nacionales. La cartelera ya se prepara para el nuevo cine de Hollywood «made in China».

Fuente: ABC