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Imagina que eres un ratón y en este momento estás aterrado porque un investigador te está metiendo en una cámara. Recuerdas claramente que en esa cámara sentiste descargas eléctricas en tus patitas.

Lo que no sabes es que los científicos alteraron tus neuronas y manipularon tu memoria para generarte una versión falsa de tu propio pasado. En realidad, nunca has recibido descargas en esta cámara en particular.

Suena como película de horror, pero realmente ocurrió en un laboratorio. Los científicos dicen que por primera vez generaron un recuerdo falso en un animal, al manipular las neuronas que codifican esta información. Publicaron sus hallazgos esta semana en la revista Science.

Más aún, los investigadores dicen que los eventos celulares para formar un recuerdo falso se parecen a lo que ocurre cuando se crea un recuerdo real. Esto coincide con la memoria de algunos humanos, que creen firmemente que son reales los recuerdos recuerdos falsos de eventos que jamás ocurrieron.

“Deberíamos seguir recordándole a la sociedad que la memoria puede ser muy poco confiable”, dijo uno de los autores del estudio Susumu Tonegawa, director del Centro RIKEN-MIT para la Genética de Circuitos Neurales, una colaboración entre los institutos de Saitama, en Japón, y Cambridge en Massachusetts, EU.

[sws_red_box box_size=”700″]El nuevo estudio [/sws_red_box]

Esta vez, los investigadores fueron un paso más allá. Demostraron que si puedes activar específicamente ciertas células por medio de luz, entonces tienes el poder de hacer que un animal crea que experimentó algo que no ocurrió realmente.

“En este caso, pudieron usar la luz para activar un conjunto de células de forma coordinada, de tal suerte que pudieran participar del recuerdo de algo que nunca ocurrió conductualmente. Esto ayuda a revelar cómo, a nivel celular, los circuitos neurales se codifican para los recuerdos”, dijo Boyden, creador de la terapia optogenética y quien no está relacionado con la nueva investigación.

Tonegawa y sus colegas pusieron a los ratones en un entorno seguro, la Caja A, y alteraron con canalrodopsina (la proteína fotosensible) las neuronas que intervinieron en la creación del recuerdo de la Cámara A.

Al día siguiente, colocaron a cada ratón en un entorno diferente: la Caja B.

Aquí llega la parte complicada: en la Cámara B, el ratón recibió descargas eléctricas suaves en el mismo momento en el que los científicos reactivaron (con luz) el recuerdo de la Cámara A. Eso hizo que el ratón relacionara su recuerdo de la Caja A con las descargas en las patas que recibió en la Caja B.

Al tercer día, cuando colocaron al ratón en la Cámara A, el animal mostró miedo, ya que relacionó la descarga que recibió en la Cámara B con el recuerdo de la A. Los investigadores observaron que eventualmente el ratón se asustaba incluso cuando los científicos no estaban activando las células asociadas con el recuerdo falso.

Los resultados indican que el mecanismo cerebral que se usa en la reminiscencia de un recuerdo falso es muy similar al que rige un recuerdo real, dijo Tonegawa. Tal vez por eso nuestros recuerdos nos parecen tan reales, aunque estén distorsionados.

“No es que el recuerdo falso se forme por medio de una especie de olvido o de una simple confusión, ni de lo que llamamos imaginación”, dijo Tonegawa. “No; realmente ocurrió en el cerebro”.

CNN