El fallecido ex presidente de Argentina, Néstor Kirchner, fue involucrado en un multimillonario lavado de dinero que desató un escándalo mediático y que comenzará a ser investigado por la justicia.
El caso está contaminado por la pelea que mantienen el gobierno y la prensa opositora, ya que las denuncias se dieron a conocer en un canal del Grupo Clarín, el principal grupo de multimedia en el país, que desde hace cinco años ataca el kirchnerismo.
Desde todos los medios de Clarín, y del resto de la prensa opositora, presentaron la denuncia como uno de los mayores casos de corrupción de la historia argentina, mientras que el periodismo oficialista afirmó que se trataba de una nueva operación mediática.
El domingo anterior, el programa Pensado para Televisión presentó un reportaje en el que dos financistas reconocen haber sacado del país 55 millones de euros (unos 71.6 millones de dólares) pertenecientes a Lázaro Báez, empresario ligado a Kirchner desde los inicios de su carrera política, a finales de la década de los años 80.
Según testimonios, Báez enviaba a Buenos Aires, desde la patagónica provincia de Santa Cruz, donde vive, millones de euros en efectivo a una firma que los introducía al mercado financiero mediante la creación de empresas fantasma radicadas en paraísos fiscales.
Su principal operador era el financista Leonardo Fariña, cuyo testimonio se conoció públicamente mediante dos cámaras ocultas que le realizó el conductor del programa, Jorge Lanata, uno de los principales periodistas opositores al gobierno.
En esas grabaciones, Fariña afirmó que Báez era socio “en todo” con Kirchner, a quien el financista también conoció personalmente e incluso compartió asados y jugó un par de partidos de futbol.
La historia se trivializó, en parte, porque Fariña y un hombre que supuestamente le ayudó en el lavado de dinero están casados con dos famosas vedettes argentinas, así que la atención se centró en sus historias personales y no en si hay pruebas concretas del delito.
Por lo pronto, el caso ya llegó a la justicia, que investigará al empresario Báez por encubrimiento y asociación ilícita, en tanto que a Fariña ya se le inhibieron sus bienes y se le denunció por lavado de dinero.
En el gobierno, los pocos funcionarios que se han referido al escándalo que ocupa los programas de radio y televisión, sean noticieros o de espectáculos, minimizaron las denuncias y advirtieron que, en todo caso, la que deberá actuar es la justicia.
Buenos Aires, 17 Abr (Notimex).