Las cámaras de televisión enfocaron este viernes la mano del líder supremo de Irán, quien llenaba la primera boleta de votación en la elección nacional para reemplazar al presidente saliente Mahmoud Ahmadinejad.
El ayatolá Ali Khamenei depositó el papel doblado en la urna y volteó hacia las cámaras, ante las que hizo un llamado a los 50 millones de iraníes con derecho a voto a que seleccionen a uno de los seis candidatos en una elección que calificó como «épica».
«Mis expectativas de nuestro pueblo es que todo el mundo participe, y yo recomendaría que vayan a las urnas cuanto antes y no demorarse», dijo el ayatolá.
Al parecer, los iraníes hicieron caso al llamado de su líder y llenaron los 60,000 centros de votación alrededor del país. Esto causó que el Ministerio del Interior extendiera el horario para votar, según la televisora estatal Press-TV.
Después del Movimiento Verde —el levantamiento que inundó las calles de Teherán después de la reelección de Ahmadinejad en 2009— el gobierno denunció que Occidente intentaba boicotear los comicios con un llamado a no acudir a las urnas.
Las imágenes de iraníes ensangrentados y moribundos emergieron en las redes sociales hace cuatro años, luego de que acusaciones de fraude electoral causaron protestas y enfrentamientos. La policía y los Basij, un temido grupo paramilitar, reprimieron las protestas.
Manifestantes fueron encarcelados y, según grupos de derechos humanos, muchos de ellos fueron torturados y murieron tras las rejas.
Varios políticos reformistas que representaban al movimiento, incluido el ex primer ministro Mir Hossein Moussavi, permanecen bajo arresto domiciliario.
A pesar de las protestas, la reelección de Mahmoud Ahmadinejad fue certificada por el establishment clerical.
La oficina de Khamenei repitió su llamado a acudir a las urnas este viernes, precisamente a través de la red que fue utilizada ampliamente para fomentar las protestas: Twitter.
«Espero humildemente de toda nuestra nación que participen todos en la elección de Irán y lo hagan lo más pronto posible», señala un tuit atribuido al líder supremo.
Votar no es obligatorio en Irán, pero hay incentivos para que la gente lo haga. Un votante activo es mejor candidato a obtener ascensos en el trabajo y tiene preferencias a la hora de recoger los beneficios de bienestar social.
Khamenei también tuvo un mensaje para Estados Unidos, que ha mantenido sanciones económicas contra Irán por su controversial programa nuclear.
«He escuchado que políticos estadounidenses no reconocen las elecciones en Irán. Al diablo con su reconocimiento», escribió.
Todos los candidatos son preaprobados para postularse para el cargo electoral más alto de la nación por el Consejo de Guardianes de Irán, un grupo formado por seis clérigos y seis juristas que operan bajo la supervisión del líder supremo.
Esto permite a Khamenei limitar el proceso electoral. De 680 precandidatos, solo ocho fueron aprobados, de los cuales dos retiraron de la contienda.
Los seis candidatos restantes son: Mohammad Bagher Ghalibaf, Ali-Akbar Velayati, Saeed Jalili, Mohsen Rezaei, Hassan Rouhani y Mohammad Gharazi.
Velayati, Ghalibaf y Jalili —este último el jefe negociador nuclear de Irán— se consideran cercanos de Jamenei, y es poco probable que desafíen su autoridad. En tanto, Rouhani es un centrista.
En algo considerado como un golpe a Ahmadinejad, su protegido Esfandiar Rahim Mashaei, un reformista, fue uno de los excluidos por el Consejo de Guardianes.
Aunque tuvo el apoyo del líder supremo en las elecciones de 2009, Ahmadinejad fue considerado demasiado liberal por conservadores, políticos y religiosos que han tenido a menudo desacuerdos con Khamenei.
Algunos de los actores políticos vinculados a Ahmadinejad se han enfrentado a una dura represión, mientras que otros han intentado vincular al presidente con el mayor caso de malversación de fondos en la historia del país.
CNN México