Zach Sobiech, de 18 años, falleció el lunes en la mañana rodeado de sus familiares y amigos.
En las últimas semanas, donaciones al fondo de Zach para encontrar una cura para los cánceres infantiles se dispararon, al igual que las descargas de su canción Clouds que tiene más de 2 millones 900.000 de vistas en YouTube.
Cuando tenía 14 años, Zach fue diagnosticado con osteosarcoma, un tipo de cáncer de huesos que en su mayoría afecta a los niños. Su pronóstico no era bueno. En mayo pasado, sin más opciones de tratamiento, le dieron un año de vida.
Zach comenzó a escribir música después de que su cáncer fue diagnosticado. Su madre, Laura, limpiaba la sala de la familia el año pasado cuando encontró un pedazo de papel doblado. Lo desdobló para asegurarse de que no fuera una tarea.
“Lo leí y entonces me percaté de lo que leía”, dijo.
Era su primera canción, Clouds. Zach la escribió para él y su familia. Escribió muchas más en los siguientes años.
“Me sentía deprimido, deprimido en este agujero oscuro y solitario”, canta al comienzo de la canción.
Su voz es hermosa, suave; recuerda un poco a la de Jack Johnson.
Cuando la canción de Zach fue publicada en Youtube el año pasado rápidamente se volvió viral. Recientemente, docenas de celebridades publicaron una respuesta al unir fuerzas para sincronizar sus labios con la voz de Zach mientras cantaba Clouds.
“Y subiremos, subiremos, subiremos, pero subiré un poco más alto”, canta Jason Mraz, Anna Faris y Rainn Wilson.
“Sube a las nubes porque la vista es un poco más agradable aquí, querida”, cantaron Bryan Cranston, Rachel Bilson, Ashley Tisdale y Colbie Caillat.
“No pasará mucho tiempo”, cantaron the Lumineers.
“Si tan solo”, cantó Sarah Silverman, “tuviera un poco más de tiempo”.
Fue un saludo a Zach, y una despedida. Fue una expresión colectiva de amor y gratitud.
El elenco variopinto de celebridades en el video fue montado por Wilson, un actor, y el director/actor Justin Baldoni, quien dirigió un pequeño documental sobre Zach para su serie convincente de realidad en línea, My Last Days, que se trasmite en el canal SoulPancake de YouTube de Wilson.
“Ir a ver a Zach en Minnesota, Estados Unidos, fue una de las mayores experiencias de mi vida”, dijo Baldoni. “Escoger ser feliz a pesar de cualquier circunstancia triste o trágica que puedes vivir… él es esta alma vieja que inspira a todos los que conoce. Te vas y piensas: ‘Quiero ser una mejor persona’”.
Ve la película de Baldoni y verás por qué.
Allí está Zach, un adolescente de Minnesota con una cara fresca, en uno de los primeros cuadros, mientras dice: “Quiero que todos sepan: no tienes que descubrir que mueres para comenzar a vivir”.
Nos dice al comienzo de la película: “Sabes que la mayoría de las personas viven a la mitad, en medio de ‘todos los sueños se vuelven realidad’ y ‘mueres’, y es un lugar muy cómodo para vivir. Yo vivo en los dos extremos, así que tienes días muy, muy buenos y tienes días muy, muy malos”.
Vivió en esos extremos durante la mayor parte de los últimos cuatro años. Y cuán gloriosamente.
En sus últimos días, Zach durmió mucho. De vez en cuando podía reunir suficiente energía para sacar su guitarra y tocar.
“Son esos momentos en los que recuerdas cómo solía ser”, dijo su madre.
Me contó sobre un viaje que la familia tomó el año pasado, “una especie de peregrinación a Europa”, con 10 días intensos de turismo.
“Hicimos mucho en esos 10 días”, recordó, “y quizá estos últimos tres años y medio han sido como esa peregrinación. No tuve la oportunidad de se fijara a mi mente. No me dejo ir a ese lugar de duelo. Habrá mucho tiempo para pensar después en lo que hemos perdido”.
Y quizá, dijo, esa es la lección aquí: que sin importar dónde estés en la vida, ve lo que tienes y sé agradecido. Es el tipo de cosas que escuchas todo el tiempo. A veces ponerlo en acción lleva algo de trabajo. Pero siempre hay cosas en la vida por las cuales estar agradecido, sin importar dónde estés.
Ser agradecido es la entrada para todo tipo de cosas buenas, dijo Laura.
“Eso es en lo que Zach siempre ha sido bueno: reconocer qué es bueno y ser agradecido por eso. Es lo primero que busca, su punto de partida. Nos enseñó cómo se hace”.
Taylor Engel, uno de las personas que comentó en el video de Zach en YouTube, escribe: “Bueno, tienes a un hombre de 1.8 metros y 99.7 kilogramos que limpia las lágrimas de su rostro aquí. Mis oraciones y pensamientos están contigo Zach… espero que algún día pueda ser la mitad de lo que te has convertido”.
Muchos de nosotros nos sentimos igual mientras veíamos su video de Clouds; agradecidos por que caminó entre nosotros, aunque fuera por poco tiempo, incluso mientras cantaba: “Y quizá algún día te veré de nuevo. Flotaremos en las nubes y nunca veremos el fin…”.
CNN