Con ocasión de los 40 años del golpe militar que derrocó a Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, la Asociación Nacional de Magistrados del Poder Judicial de Chile ha pedido perdón por “omisiones impropias de su función” durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

“Sin ambigüedades ni equívocos, estimamos que ha llegado la hora de PEDIR PERDÓN a las víctimas, a sus deudos y a la sociedad chilena por no haber sido capaces en ese trance crucial de la historia de orientar, interpelar y motivar a nuestra institución gremial y a sus miembros en orden a no desistir de la ejecución de sus deberes más elementales e inexcusables, a saber, el cumplimiento de la función cautelar que en sí misma justifica y explica la existencia de la jurisdicción”, señala la declaración escrita publicada en su página web.

Argumentando que el poder judicial chileno pudo y debió hacer mucho más, en el documento los jueces aseguran que no es posible eludir su “responsabilidad histórica” en la vulneración de los derechos humanos producidos durante el la dictadura, que dejó 3.000 muertos y 1.000 desparecidos hasta hoy.

Además del mea culpa, los magistrados llamaron a sus superiores, los jueces de la corte suprema, el máximo tribunal chileno, a imitarlos y realizar una reflexión de su desempeño durante los 17 años régimen de Pinochet.

Luego de que el documento se hizo público, el portavoz de la corte suprema, Hugo Dolmestch, dijo en entrevista que nunca había escuchado a un miembro de ese tribunal hablando de pedir perdón por su desempeño. Reconociendo que aún existía un “pacto de silencio” entre los responsables de las violaciones a los derechos humanos, Dolmestch llamó a “comprender por qué ocurrieron las cosas” y dijo creer en la necesidad imperiosa de reconciliación del país.

El País