La avena es uno de los cereales más completos que existen por sus cualidades energéticas y nutritivas y es un cereal que ha sido base de la alimentación de muchas civilizaciones.

La avena es rica en:

  • Proteínas de alto valor biológico por la cantidad de aminoácidos esenciales que contiene y que mejoran cuando se consume combinada con leche o soya, lo que la hacen más nutritiva que otros cereales.
  • Carbohidratos que proporcionan energía para realizar las actividades diarias y evitar la fatiga y el cansancio.
  • Lípidos en forma de grasa vegetal.
  • Oligoelementos.
  • Vitaminas y minerales, como calcio, fósforo, potasio, magnesio, sodio, hierro, vitamina B1, B2, B3 y B6, además de vitamina E que es antioxidante.

También contiene fibra, elemento necesario para el buen funcionamiento del intestino y la digestión.

En 1997 la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), aprobó y publicó la primera declaración de salud propuesta para un alimento, con base en datos clínicos publicados sobre la avena y la fibra soluble. En esta declaración se dice:

  • La fibra soluble de la avena, como parte de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol puede reducir el riesgo de las enfermedades del corazón.
  • La avena contiene una cantidad considerable de los dos tipos de fibra que existen: fibra soluble y fibra insoluble.
  • Una propiedad de la fibra soluble que la distingue de la insoluble, es su capacidad de absorber agua en el intestino, para crear una masa viscosa a partir de los alimentos ingeridos. Durante la digestión en el intestino delgado, esta masa viscosa parece atrapar o retener ácidos biliares y colesterol evitando su absorción durante el tránsito en el intestino delgado. Estos esteroles (Como ejemplo, un tipo de esterol es el conocido colesterol) luego se liberan en el colon en donde son poco absorbidos; o bien, digeridos por la microflora o eliminados en las heces. El efecto es una reducción de la contribución del colesterol en sangre, y a una disminución parcial en el contenido de ácido biliar.

Asimismo, la avena ayuda a disminuir la presión alta. Adicionalmente a su impacto potencial sobre la salud del corazón, el consumo de cereal de avena y salvado de avena, también tiene la potencia para impactar favorablemente otros procesos fisiológicos relacionados con el desarrollo elevado en niveles de glucosa en la sangre e insulina; saciedad que puede tener implicaciones en control de peso, estreñimiento e inmunidad gastrointestinal.

Las investigaciones científicas sostienen que el consumo diario, de aproximadamente 3 gramos de fibra soluble de productos de avena pueden reducir el colesterol total en sangre en forma significativa, siendo mucho más evidente la reducción en el colesterol LDL-C.

Al disminuir los niveles de colesterol total en sangre y colesterol LDL-C retarda la tasa de progresión de fallecimientos por enfermedades del corazón y reduce las muertes e incapacidades relacionadas con enfermedades cardiovasculares crónicas.

Los problemas cardiovasculares representan la primera causa de mortalidad mundial y junto con la diabetes estas enfermedades se caracterizan por ser incurables e implican tratamientos de alto costo.

Entre los factores que incrementan el riesgo se encuentran la falta de actividad física, el alcoholismo, tabaquismo y una alimentación inadecuada, en la que los índices de colesterol tienen mucho que ver.

Sin embargo, los cambios en el estilo de vida, en particular una alimentación correcta y la actividad física regular, ofrecen la posibilidad de reducir dramáticamente el riesgo, e incluso, en ciertas ocasiones, revertir los efectos de las enfermedades cardiovasculares.

El tema de la fibra es y seguirá siendo de importancia para todos los profesionales de la salud debido al papel que desempeña en el mantenimiento de la salud humana.

Complementar una dieta sana con fuentes de fibra soluble (cómo Beta-glucano contenido en el cereal de avena, pectina, guar, etc.) puede aportar beneficios adicionales a la reducción de colesterol en la dieta.

La avena es el complemento alimenticio ideal para cuidar los niveles de colesterol y puede ayudar reducir la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares por su alto contenido de Beta-glucano.

Y lo mejor de todo es que puede consumirse de muchas formas, así que hay para todos los gustos: Con leche de vaca o de soya, con hojaldras enteras, en barritas, dulces, galletas o pasteles, y si se combina con la fruta de preferencia y de temporada, el platillo será mucho más agradable al paladar y mucho más nutritivo para conservar la salud.

Crónica.