En el momento en que ya nadie se acuerda del papel y la pluma, cuando el saludo de moda es el “ola k ase”, emerge una nueva hornada de jóvenes artesanos de lo manual que disfrutan con el tacto del papel y el olor de la tinta. ¿Cuáles son los motivos del actual boom de la caligrafía?

Hace unos meses, el MuVIM de Valencia acogió la 59 edición de ‘The Annual of the Type Directors Club’, que exhibe los trabajos tipográficos premiados por la reputada asociación neoyorquina. Coincidiendo con este evento, tuvo lugar la primera retrospectiva que muestra el proceso creativo del afamado Ricardo Rousselot, uno de los calígrafos más reputados del mundo.

Además, durante tres días el artista argentino que vive en Barcelona impartió un taller en el que los asistentes, en su mayoría estudiantes de diseño y artistas gráficos, pudieron aprender las bases de la técnica caligráfica con uno de los grandes maestros. El evento, que suscitó gran interés entre el público joven, sirvió para poner de manifiesto el auge de la escritura manual.

Diseñadores de letras

Joan Quirós es diseñador gráfico de profesión y uno de los fundadores de Voltio, un estudio de diseño, ‘branding’, ‘lettering’ y fotografía. En 2012, y algo saturado del trabajo en la pantalla, sintió la necesidad de hacer algo manual y decidió apuntarse a un taller de caligrafía impartido por Iván Castro, uno de los referentes en España.

«Ese fue el detonante de toda mi pasión por la caligrafía. Siempre me había llamado la atención, pero nunca había tenido suficiente disciplina como para detenerme a aprenderla correctamente», explica Quirós, quien afirma que el ‘boom’ de la caligrafía se debe en gran parte al poder de las redes sociales. «Pienso que eso tiene su lado positivo y su lado negativo. Por un lado, mucha gente está redescubriendo un recurso y una forma de trabajar que algunos veían caducado e, incluso, extinto. Por contra, en la red hay un exceso de información visual y, por ello, se ha de ser muy selectivo con las referencias que uno toma», asegura.

Cada vez son más los diseñadores jóvenes que se interesan por el mundo de la escritura manual, una técnica que requiere, según Quirós, disciplina, paciencia, humildad y autocrítica. «Lo que más me gusta de dibujar letras es el poder comunicar a través de ellas, ya no solo por el mensaje que puedan contener, sino porque cada tipo de letra puede transmitir unas sensaciones diferentes. Me gusta también poder ofrecer a los clientes algo personalizado, adaptado a sus necesidades tanto estéticas como comunicativas», opina.

Al mundo de la publicidad, siempre en constante búsqueda de nuevas ideas y estímulos, no le ha pasado desapercibido el resurgir caligráfico y no son pocas las agencias que cuentan con este tipo de material para sus campañas. «Creo que se debe más a la moda que a otra cosa. Las agencias de publicidad siempre están interesadas en lo ‘mainstream’, pero solo unas pocas valoran lo que cuesta algo hecho a mano», añade Quirós.

Del spray a la tinta

El carácter manual y el potencial creativo de la escritura tradicional han despertado el interés de algunos grafiteros que han visto en la caligrafía un nuevo terreno en el que desarrollar su arte. Un idilio que ya ha dados sus frutos en forma de trabajos caligráficos con un marcado componente urbano.

«El grafiti tiene su parte de escritura, los ‘tags’ o firmas cumplen con ciertas pautas formales que luego cada escritor personaliza y adapta a su estilo. En la caligrafía ocurre algo similar: partes de una base y ciertos conocimientos que, una vez adquiridos, puedes desarrollar para darles tu toque personal, manteniendo, eso sí, la esencia inicial», asegura el creador.

Joan Quirós cree que la caligrafía seguirá en auge durante unos años y luego descenderá su popularidad cuando haya sido explotada. «Aquellos que ya se dedicaban a ella antes de este ‘boom’ y a los que realmente les apasione esto seguirán trabajando con las letras. La caligrafía ha estado presente durante muchos años y seguirá estándolo durante muchos más», augura.

(Gonzoo)