La mejor cámara, según fotógrafos experimentados, es la que traes contigo. La verdad de esta frase se esta convirtiendo en el fin para muchas de las marcas de cámaras en el mundo, quienes están desesperadamente luchando contra los efectos causados por el smartphone omnipresente.

La típica cámara de point-and-shoot (apunta y dispara) ha sido básicamente superada por las cámaras sofisticadas que tienen los smartphones como el iPhone o el Samsung Galaxy, especialmente cuando estos te permiten editarlos con facilidad y compartirlos en las redes sociales. Las ventas de cámaras digitales y compactas bajaron un 40% en el 2013.

Para mantenerse siempre adelante, compañías japonesas que dominan la industria de cámaras crearon una nueva categoría para ocupar el espacio arriba de las cámaras compactas y los smartphones y debajo de las grandes y costosas cámaras reflex (SLR) usadas por fotógrafos profesionales. Estas cámaras sin espejo tienen lentes intercambiables como los SLR (aunque sea una variedad menor) pero son más pequeños y económicos.

Mientras que las cámaras sin espejo toman fotos hermosas y han sido bien recibidos por aficionados a las cámaras, como negocio han sido menos impactantes. Lo que pasó con las cámaras compactas esta empezando a pasarle a estas también. Mientras que los smartphones siguen mejorando, los consumidores están empezando a valorar su conectividad sobre la ventaja, que cada vez es más pequeña, de la calidad de imagen de las cámaras sin espejo.

Panasonic, Fujifilm y Olympus han sentido esto más que otros. Las tres empresas están perdiendo dinero en sus sectores de cámaras, aunque Olympus dice que para el próximo año volverá a generar ganancia.

Según el analista de imagen, Yu Yoshida, sólo Nikon y Canon, junto con Sony, tienen la posibilidad de sobrevivir a este cambio.

El fotógrafo, Craig Mod, escribió esta semana sobre su transición de una cámara de rollo a una cámara digital SLR a una cámara sin espejo y terminó con que su iPhone 5 se ha vuelto su herramienta fotográfica de preferencia.

Pero los manufactureros siguen intentando crear nuevas categorías que separarán las cámaras de los celulares. Samsung reveló la versión más nueva del Galaxy Camera, que usa el sistema operativo de Android y hace todo lo que hace un smartphone excepto hacer llamadas. Del otro lado, Sony esta sacando sus dispositivos QX, lentes sin cuerpo con sensores de imagen que se unen a un smartphone. Las criticas han sido variadas, pero las ventas mayores de lo anticipado motivan a la empresa para seguir.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.