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Con más de 20 años de experiencia como partera profesional e instructora prenatal, Claudia Bravo, afirma que la lactancia materna nutre física y emocionalmente.

“Es más que la alimentación física de un bebé, es la alimentación emocional de ambos. Cuando hablamos de una sociedad y una cultura, hablamos del vínculo materno, del apego, de la confianza”, enfatiza.

Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, del 1 al 7 de agosto, destaca que desde el calostro, la primera sustancia que sale del seno materno, las mujeres protegen a los bebés con una serie de anticuerpos y enzimas nutritivas que los benefician.

Una mujer que amamanta tiene muchas más facilidades de conectar y hacer sinergias neuronales, asegura, además de que se evitan daños y riesgos para la madre y para el bebé.

“La lactancia materna ayuda a que el útero se contraiga, genera beneficios porque hay estudios que la vinculan a que reduce riesgos de cáncer de mama”, explica.

Sin embargo, reconoce que las presiones del mundo laboral para que las mujeres regresen pronto al empleo y a una infinidad de mitos, cada vez son más las que optan por recurrir a las fórmulas lácteas.

Este es el caso de Elena Soria, quien sólo amamantó a su bebé durante dos meses porque el tercer mes tenía que regresar a trabajar y poco a poco “se le cortó la leche”.

Tomó la decisión de dejar de amamantar luego de escuchar a otras personas que le decían que su niña estaba “muy flaquita, que a lo mejor mi leche no era buena”.

“Mi niña se hizo más llorona, enfermiza, yo ya no podía darle leche y mejor busqué las fórmulas, son más rápidas, pero me arrepiento, me perdí de mucho, ahora con mi segundo bebé hago las cosas diferentes, me tomo el tiempo”, afirma.

Frente a cuestionamientos sobre la calidad de la leche materna o quienes afirman que es más nutritiva una fórmula que puede darse en un biberón, Claudia Bravo defiende el derecho y el privilegio de la lactancia.

“Todas las mujeres están listas para amamantar, no hay una sola leche materna que no sirve, sin embargo, hay una serie de mitos y nos hacen creer infinidad de cosas. La leche de cada mamá está hecha especial para su bebé, esa es la realidad”, agrega la instructora.

Los biberones, por el contrario, sí obligan a los bebés a hacer un esfuerzo de succión y pueden generar rechazo en el estómago del recién nacido.

La lactancia puede ser un poco difícil para algunas mujeres, indica, “pero con paciencia, con ayuda y con mucho cariño, la leche materna fluye”.

Como reconocimiento a la importancia de la leche materna, la presidencia municipal de Querétaro recientemente inauguró una sala de lactancia en el edificio del Centro Cívico, sede de la administración.

Querétaro, 1 Ago. (Notimex).