El economista estadunidense Paul Milgrom afirmó hoy aquí que sólo la libre competencia entre empresas permite que los consumidores puedan tener “mejores servicios o productos a mejores precios”, algo que la política impide conseguir.
“Cuando los gobiernos entran en los mercados, la competencia desaparece”, indicó a Notimex Milgrom, quien recibirá el próximo jueves el Premio Fundación BBVA “Fronteras del Conocimiento” en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas.
El también matemático y catedrático de Economía de la Universidad de Stanford señaló que aún existen muchos retos en campos económicos en los que ha trabajado, como el de las subastas y diseños de mercados, donde aún hay sectores donde la normativa impide la competencia.
“Cuando los gobiernos empiezan a inmiscuirse en los mercados, entra la política y los participantes intentan hacer todo para que los resultados les sean favorables a ellos, es cuando la competencia desaparece”, recalcó.
“La competencia favorece a los más eficaces y empresas que ya funcionan intentan impedir que compitan nuevas empresas, crean barreras y obstáculos normativos aduciendo que es interés del público”, añadió el académico.
Milgrom sostuvo que ante ello se debe minimizar la creación de normativas “para que nadie se aproveche de palancas para competir de forma no económica, hay que hacer lo posible para tener servicios y productos a precios mejores”.
Recordó que en algunos países, tras el inicio de la crisis económica en 2008, se comenzó a hablar de proteccionismo, y que, ante ello, su planteamiento “es no proteger a unos competidores frente a otros, sino proteger la competencia, pasa lo mismo con los países”.
“Una empresa que va fenomenal y da servicios a precios bajos y se queda con una gran cuota de un mercado, ¿por qué prohibirle más éxitos? Porque no es bueno para el público”, explicó.
Aseveró que “hay que proteger la competitividad para que las empresas más eficaces sean las exitosas, porque van a proporcionar mejores productos y esto es bueno para el consumidor”.
“Es dañino para la sociedad en términos generales el proteccionismo, da lugar a reacciones de otros países y el comercio sufre, los países sufren, es malo para todos, más para los consumidores”, puntualizó el economista.
Defendió que el procedimiento de subastas para competir en algunos mercados “es el más trasparente, en vez de que el regulador decida qué licencia es para quién; la subasta recauda fondos y permite competir a las distintas partes, pero esto se consigue si se hace bien”.
No obstante, reconoció que el sistema de subastas en algunos casos puede verse afectado por corrupción, con “reglas hechas con habilidad para beneficiar a ciertas partes, limitan la presentación de aspirantes o diseñan reglas para uno de los postulados”.
“El sistema de subastas no es una solución milagrosa, pero puede ser parte de la solución”, manifestó Milgrom.
Comentó que actualmente trabaja en el sistema de “subastas incentivadas” en Estados Unidos, para animar a radiodifusores a que vendan sus licencias de nuevo al gobierno, ese espectro se recupere como banda ancha y se creen nuevos servicios para los consumidores.
El 19 de febrero pasado, el jurado del Premio Fundación BBVA “Fronteras del Conocimiento” anunció su decisión de galardonar a Milgrom por sus contribuciones en materia de subastas y organización industrial.
El académico creó la empresa Auctionomics, desde la cual ha asesorado a administraciones de Estados Unidos, Reino Unido, Chile, Canadá, Australia, Alemania y México en el diseño de subastas para sectores estratégicos.
Madrid, 18 Jun (Notimex)