El suicidio del pintor Vincent Van Gogh pareciera el final predecible de una vida llena de batallas; sin embargo, aproximadamente 114 años después del fallecimiento del artista, la familia Van Gogh atestiguaría otra trágica muerte de uno de sus miembros: Theo Van Gogh, el sobrino bisnieto del pintor.
Theodore fue un actor, periodista, escritor, productor y director cinematográfico quien nació en el año de 1957, en Holanda. Una persona polifacética que dejó sus estudios de Derecho para dedicarse enteramente a su pasión: el cine. Diversos artículos en Internet mencionan que Theo fue una persona comprometida con la lucha en pro de la libertad de expresión, cuyas opiniones sobre la moral, la religión y la política generaban fuertes reacciones, ya fueran de aceptación o de rechazo.
De Theodore Van Gogh se puede decir que era un ferviente devoto de la libertad del individuo y no tenía vergüenza de ofender con sus opiniones a la gama de religiones o de acciones con las que él no estaba de acuerdo. Viniendo de una sociedad tan tolerante como lo es la Holandesa, las creencias que, a juicio de Theo, caían en el fanatismo, deberían ser abolidas; Van Gogh alcanzó su punto de inflexión cuando filmó el cortometraje Submission.
Ayaan Hirsi Ali, una política y activista feminista de origen somalí, ayudó a la creación del guión y prestó su voz para el cortometraje. Hirsi Ali se autodenomina “ex-musulmana” y su vida se caracteriza por estar llena de confrontamientos entre sus aspiraciones personales y las reglas del Corán.
Cada detalle de Submission invita a la polémica; en el corto se muestra una mujer vistiendo una Burka transparente que permite entrever su cuerpo desnudo. En su piel se observan marcas de golpes y tatuajes con leyendas islamitas que dictan el correcto código de comportamiento de las musulmanas. No sólo la sociedad holandesa musulmana reaccionó negativamente a este filme, también la comunidad islamita internacional se manifestó ofendida. Lo anterior ocasionó que tanto Van Gogh como Hirsi Ali fueran constantemente amenazados de muerte. Sin embargo, Theo subestimó los riesgos y la mañana del 2 de noviembre de 2004 fue asesinado en Ámsterdam, cuando se dirigía a trabajar a su estudio.
Aproximadamente a las 8:45 de la mañana, Mohammed Bouyeri derribó con un disparo de su bicicleta a Van Gogh, se acercó y lo apuñalo ocho veces en el pecho. Posteriormente, el asesino degolló a Theo y dejó una carta de amenaza en contra de Hirsi Ali y de los gobiernos occidentales.
El asesinato de Theo fue un acto en conjunto con un grupo radical islamita al cual pertenecía Bouyeri. Mohammed jamás se ha manifestado arrepentido sobre el asesinato e incluso, durante uno de los juicios, le expresó lo siguiente a la madre de Van Gogh:
I have to admit I do not feel for you, I do not feel your pain, I cannot. I don’t know what it is like to lose a child, I cannot feel for you because I believe you are a non-believer.
La noche del asesinato los holandeses se reunieron en la plaza principal de Ámsterdam para lamentar y rendirle tributo a Theo. Tres años después, en 2007, se erigió una escultura en la esquina de Oosterpark a unos cuantos metros del lugar donde falleció el cineasta. De Schreeuw (el grito) fue ideado por Jeroen Henneman e intenta transmitir la lucha por la libertad expresión por la cual Van Gogh luchaba.
Es cierto que la libertad de expresión es una de las muestras más fehacientes de una democracia sana. Sin embargo, el caso Van Gogh trae a debate muchas cuestiones que no deben de ser ignoradas, especialmente en sociedades tan multiculturales como las europeas. ¿Cuál es la frontera entre el free speech y el respeto a la libertad de culto? En 2004, cuando Submission fue grabada, la comunidad musulmana representaba el cinco por ciento de la población total de Holanda, ¿qué tan prudente fue Van Gogh al ser tan explícito en la grabación de este cortometraje?
Fuente: Cultura Colectiva