Con frecuencia la razón por la que un computador empieza a funcionar más lento es porque está llegando a su límite de memoria. Lo mismo podría ocurrir con los humanos.
Un estudio realizado en Alemania sugiere que con la vejez la memoria no se deteriora, sólo hay grandes volúmenes de información.
La posición científica generalizada es que la edad lleva a un deterioro constante de la función cerebral, pero la nueva investigación publicada en Topics in Cognitive Science asegura que los cerebros más viejos pueden necesitar de más tiempo para procesar la cada vez mayor cantidad de conocimiento. Y aseguran que con frecuencia esto ha sido erróneamente identificado como un deterioro de la capacidad.
Los investigadores de la Universidad de Tuebingen, en Alemania, comprobaron con modelos computarizados que no es lo mismo procesar unas 40.000 palabras -incluyendo nombres propios- que en promedio estiman manejaría un adulto joven, que las más de 90.000 que tendría una persona de más de 60 años.
“Los modelos predicen que, en promedio, sólo la tarea de reconocer un nombre para un septuagenario toma cerca de medio segundo más que para un veinteañero”, se lee en el ensayo.
Estos computadores fueron programados para que actuaran como si fueran humanos. Debían leer cierta cantidad de información al día y aprender cosas nuevas en el camino.
Cuando los investigadores ponían un límite a la cantidad de lectura, su desempeño en las pruebas cognitivas se parecía a la de un adulto joven.
No obstante, si se sometía al mismo computador a una cantidad de datos representativa de una vida de experiencias, entonces su desempeño era más parecido al de un adulto de mayor edad.
Con frecuencia era más lento, no porque disminuía su capacidad de procesamiento, sino porque la base de datos había aumentado, lo que significaba más más tiempo para procesar información.
¿Redefinir conceptos?
El estudio, liderado por el doctor Michael Ramscar, tiene una mirada crítica a las herramientas de medición que con frecuencia se utilizan para demostrar que las habilidades cognitivas disminuyen con la edad.
En vez de encontrar evidencias de deterioro, los expertos de este trabajo llegaron a la conclusión de que la mayoría de las mediciones estándares son defectuosas, pues confunden el aumento de conocimiento con la disminución de la capacidad.
“Ahora la tecnología permite a los investigadores hacer estimaciones cuantitativas sobre el número de palabras que se espera aprenda un adulto en su vida, permitiendo al equipo separar el reto que supone el aumento de conocimiento para la memoria del desempeño de la memoria en sí”, explicó Ramscar.
“Imagina a alguien que se sabe la fecha de cumpleaños de dos personas y las puede recordar perfectamente. ¿Dirías que esa persona tiene mejor memoria que una que sabe los cumpleaños de 2.000, pero que sólo nueve de cada diez veces puede coincidir a la persona con el cumpleaños adecuado?”, pregunta el científico, quien considera que habría que reconsiderar lo que entendemos por envejecimiento de la mente para evitar lo que llama “suposiciones erradas”.
Otros estudios han sugerido que la memoria de las personas mayores puede estar subestimada.
Recientemente, investigadores -también de Alemania- concluyeron que la memoria de las personas de edad avanzada puede ser más consistente que la de los jóvenes.