Liliana Cerneca, ahora de 6 años, sólo podía abrir su boca unos milímetros después de que se fusionara una de las articulaciones de su mandíbula. Tuvo una rara enfermedad conocida como anquilosis.

El problema empezó con una infección en el oído cuando Liliana tenía 18 meses de nacida.

El hueso, que tiene una estructura parecida a la piedra pómez, contrajo la infección que derivó en anquilosis -una fusión total o parcial de algunas de las partes de una articulación.

“Era difícil darle de comer y cepillarle los dientes, teníamos que cortar la comida en pedazos muy pequeños”, cuenta Sonia, la madre de Liliana.

El lado derecho de la pequeña estaba fusionado, pero el izquierdo crecía con normalidad. Esto significaba que su cara se iba deformando con el crecimiento.

“No la podíamos dejar así”, reflexiona el cirujano maxilofacial de King’s College de Londres, doctor Shaun Matthews. “Pues las cosas sólo iban a empeorar”.

“Si bien ella ya tenía una apertura de boca extremadamente limitada -unos 5mm- las probabilidades era que su condición iba a empeorar hasta el punto en que no hubiera podido abrirla del todo”.

El hecho de no poder limpiarse correctamente los dientes significaba un problema para la salud, pues aumentaba el riesgo de infecciones, que de la boca pueden extenderse con rapidez al cuello y la cabeza.

Bastante raro

AnquilosisLa mandíbula derecha de Liliana se fusionó con su cráneo.

Fue así como le practicaron una operación que retira la parte anquilosada y hace que la mandíbula se sostenga sólo con los músculos y ligamentos. Se espera que con el tiempo se regenere con normalidad.

Tras la intervención, Liliana se mostró nerviosa cuando le pidieron que moviera la mandíbula; hasta que de repente ella bostezó por primera vez.

“¡Oh, Dios! Fue maravilloso”, cuenta su madre.

“Estaba sorprendida y se tocaba la cara, me dan escalofríos de sólo acordarme. Ella ahora puede comer y masticar, y va mejorando con el paso de las semanas. Ahora puede comer banana”.

Una de las mayores diferencias fue en la escuela, donde ahora es más parlanchina y segura.

Según Matthews, la operación a la que fue sometida Liliana se puede considerar como poco frecuente.

“Le haremos un seguimiento muy de cerca durante varios años, especialmente en la pubertad. Es posible que con el crecimiento necesite otras cirugías, especialmente después de que pase por el estirón de la adolescencia”, agrega.

“Pero ello será más fácil de corregir, ahora que hemos solucionado su principal problema”.

(BBC)