Como todos sabéis, mi desafío no es solamente en alcanzar el Polo Sur en bicicleta, que ya es complejo de por sí, sino en hacerlo sin asistencia, sin ayuda y sin apoyo.

Esto implica, como ya también sabéis, que debo llevar conmigo todo el material y los suministros para subsistir aquí todos los días que durará la expedición.

Al ritmo que avanzo, calculo que no será antes de los 42 días.

Me preocupa que sean más, por las reservas de combustible (esencial para el hornillo que derrite la nieve que bebo cada día), y por los alimentos, que tengo muy controlados.

En este sentido, empiezo a sentir por primera vez la sensación de hambre. No es extraño no haberla tenido hasta ahora, porque al principio el cuerpo antes de emitir la orden tira de esas reservas que uno tiene al inicio de un esfuerzo de este calibre.

De hecho, mis raciones están rigurosamente planificadas para que se vayan incrementando conforme se vayan acumulando los días de expedición y así responder a las necesidades nutritivas y calóricas de mi cuerpo.

ComidaLas raciones de comida están todas planificadas.

Por ejemplo, los primeros 15 días tenía previstos 180gr de desayuno, y ya estoy comiendo 200gr. Y así con el resto de comidas…

Mi régimen se basa en gran medida en alimentos con alto contenido calórico como chocolates, frutos secos, embutidos, galletas o snacks (por su alto contenido en sales), etc.

En total de estos alimentos, consumo entre los 620gr y 700gr diarios, que suelo ir comiendo a lo largo del día.

Para la cena, tocan alimentos liofilizados, especialmente guisos y sopas instantáneas que puedo calentar también gracias al hornillo.

Esto supone entre 200gr y 300gr de aporte nutricional que completan los 1000-1200gr de dieta diaria.

Espero tener suficientes provisiones para superar la aventura.

(BBC)