Nada está fuera del alcance del país rey de las copias, ni la Torre Eiffel: al este de China, en la provincia de Zhejiang, se erige una réplica casi exacta del famoso emblema parisino, aunque, en lugar de ubicarse en los campos de Marte, forma parte de un complejo residencial.

“A los chinos les encanta París. Puedes ver miles de tiendas por toda China vendiendo de todo sobre la Ciudad de la Luz, así que pensamos: ¿por qué no traerla hasta aquí?”, así se expresa Jason Li, el relaciones públicas de la inmobiliaria Guangsha, encargada del proyecto que ha copiado la Torre Eiffel.

Dicho y hecho. En dos años la empresa china levantó su propia torre a las afueras de la ciudad de Hangzhou, capital de la mencionada provincia y conocida por el gran lago que divide la ciudad y la espectacular pagoda que lo adorna.

“La construimos incluso en menos tiempo que en el que se hizo la original, que se levantó en 2 años y unos meses”, destaca Li frente a la maqueta en miniatura que representa el proyecto.

La Torre Eiffel china, de unos 103 metros de altura comparados con los 325 de la original y a la que, a diferencia de la parisina, no se puede subir, no es lo único que hace creer al visitante que está en la capital francesa.

Tras ella se levanta una réplica de los Campos Elíseos sin Arco de Triunfo pero con majestuosos edificios estilo francés repletos de restaurantes chinos en sus bajos.

Los letreros de los establecimientos en caracteres chinos es una de las pocas cosas que devuelve al viajero a la realidad, además de los pocos -o casi inexistentes- habitantes del lugar.

Fuente: Más por Más