Un ladrón de joyas se echó solito de cabeza con un beso y fue arrestado después de que detectives analizaran el ADN que quedó en el cachete de su víctima. Un equipo de ciencia forense que apareció en la escena tomó la muestra del cachete de la mujer para aislar el perfil genético.
El ladrón y su cómplice habían amarrado, amordazado y amenazado la dueña de una joyería en París después de seguirla hasta su hogar. Luego le tiraron gasolina encima y dijeron que la incendiarían si no les daba los códigos para la alarma de la joyería.
Cuando uno de los ladrones regresó de vaciar la tienda, la pareja decidió soltar a la mujer de 56 años, quien había sido amarrada a una silla por cuatro horas. Fue entonces cuando el ladrón de 20 años cometió su error.
El ladrón le dio un beso en el cachete a la víctima en lo que aparentemente fue un gesto de compasión después de la terrible experiencia. Tan pronto estaba libre llamó a la policía.
“Esperábamos aislar la huella genética del asaltante,” dijo una fuente en el departamento de policía. “Y su ADN fue identificado y registrado en la base de datos nacional de huellas genéticas.
Unos meses después, detectives dijeron que encontraron que el ADN coincidía con el de un hombre que estaba siendo detenido por las autoridades cerca de la ciudad de Nimes, bajo sospecha de otros delitos.
Durante la interrogación, el hombre admitió haber besado a la mujer “para compensar por el trauma que le ocasionó.” Ha sido detenido mientras la policía busca a su cómplice.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.