Seguramente piensas que la única zona erógena de los hombres es el pene, sin embargo, para convertirte en una mejor amante tienes que ser más creativa. Explora cada parte de su cuerpo y él se sentirá más inclinado a ser recíproco, lo cuál será divertido.
Cuero cabelludo
Hay muchísima tensión acumulada en el cuero cabelludo, y un buen masaje en la cabeza hará que casi todos los hombres se derritan mientras los liberas de su estrés.
Orejas
Muérdelas suavemente, chupa y sopla en y alrededor de ellas. No le metas la lengua si no estás segura de que le gusta.
Labios
Excítalo pasando sensualmente la lengua sobre su labio inferior. Prueba morderle con suavidad uno de sus labios o succionarlo al interior de tu boca. Dale besitos. Experimenta con diferentes estilos de besar.
Cuello
Los besos suaves y arrastrados por el cuello hacen que a casi todos los hombres se les aflojen las rodillas. Sólo no se te ocurra dejarle una marca.
Hombros
Frótale los hombros mientras lo llevas a la cama y sé creativa con ellos durante el sexo. Cuando estés arriba y en pleno acto, deja que tu cabello los roce.
Codos
Lámele o frótale con suavidad el pliegue del codo. O sigue hacia arriba la vena del brazo hasta el codo, mirándolo con frecuencia para darle a entender que estás pensando en besarle otro sitio…
Dedos
El viejo truco de chupar los dedos es un clásico, pero a los hombres les encanta porque les hace pensar en el sexo oral. Si eres capaz de mantener la cara seria, míralo a los ojos mientras lo haces.
Pecho
Prueba lamerselo y bésale todo el cuerpo mientras te encaminas hacia el sexo oral. O pellízcaselo suavemente con una mano. Varía la presión para ver qué le gusta.
Espalda
Amasa, acaricia y desliza las manos por su espalda. Usar lubricantes o talcos facilitará las cosas.
Glúteos
A muchísimos hombres les gusta que les estrujen los glúteos. Otros aman que les pases las uñas por ellas durante el acto sexual.
Pene
El glande (la cabeza) es por lo general la parte más sensible de su pene. Presta especial atención a la corona (la cresta que va alrededor del glande) y al frenillo, que es esa especie de cordelito que hay bajo el glande.
Escroto y testículos
El escroto es el “saco” que contiene los testículos. Algunos hombres lo tienen demasiado sensible para tocarlo, pero a otros les encanta que se lo acaricien. Manéjalos siempre con mucho cuidado, porque son delicados.
Perineo
Es la zona comprendida entre el pene y el ano, ideal para añadir sensaciones sin tener que ir más allá.
Ano y próstata
Conviene preguntar antes: algunos hombres son reacios a que se los estimulen. Si te atreves a entrar por la puerta trasera, puedes llegar hasta la próstata, que a veces se describe como el “punto G masculino”.
Muslos
Sube desde los pies hasta los muslos, mientras los mordisqueas. Pero ten cuidado: puede ser que tenga cosquillas.
Rodillas
Es otra de las zonas que nos olvidamos, pero están llenas de terminaciones nerviosas. Bésale y acaríciale la parte de atrás, por donde se doblan, y verás cómo le gusta.
Pies y dedos de los pies
Dale a tu chico un masaje de pies. Los reflexólogos aseguran que la planta está conectada a todas las partes del cuerpo.