Aunque parezca que las corbatas ya no son una prenda de esta época, éstas siempre vuelven y con mucha más fuerza. Para algunos como símbolo de elegancia y poder; para otros, de rebeldía y contracultura.
La corbata, hija de la guerra
La corbata moderna tiene sus orígenes en la guerra de los Treinta Años, en el siglo XVII, en la que participaron franceses y croatas, que usaban una tira de tela alrededor del cuello a la que los franceses llamaban “la croat”, que derivó en “cravatte”, y de ahí a “corbata”.
Oxford y el príncipe, padrinos de la corbata
En 1880, la Universidad de Oxford encargó para su equipo la primera corbata moderna. Antes de un año las demás universidades y colegios por todo el país hicieron lo mismo. En la década de 1920 el príncipe Eduardo de Gran Bretaña empezó a usar una de manera frecuente, y como un ícono de la moda masculina, muchos hombres lo empezaron a imitar.
La corbata y el estatus
Fue en la década de 1980 cuando la corbata fue requerida en varios sitios de trabajo y eventos formales, una costumbre que se mantiene hasta hoy en día.
Tu corbata es tu mensaje
No es lo mismo una corbata color mandarina, que transmite alegría, a una roja, que inspira poder. Además, no todos los colores se le ven bien a todos los hombres. Por eso, sigue tu instinto: puede que te encante el verde perico, pero si te la pones y no te sientes bien con ella, quítatela.
¿Cómo se combina la corbata?
Tu corbata debe combinar con la ropa que tengas y no al revés. Por eso, cuando compres corbatas, ve con el traje con que la vas a usar y piensa en otros dos atuendos con los que puedas combinarla.
Corbatas gordas, hombres gordos
Los hombres grandes deben usar corbatas grandes, y los no tan grandes deben utilizar corbatas estrechas. Los de talla normal deben usar una corbata de nueve centímetros de ancho en promedio.
Complemento y contraste
Para combinar la corbata con la camisa y el traje, experimenta, pero guarda un balance: las corbatas vienen en colores que se complementan o en colores que contrastan. Si se complementan, busca una camisa para contrastar; si se contrastan, busca una camisa de tono neutro, blanca o azul celeste. Para combinar estampados empieza con las que tengan el estampado pequeño y que se repita, como los puntos y las figuras pequeñas, sobre camisa y traje sin rayas ni cuadros. Sigue con las rayas diagonales, y procura que la camisa y el traje no tengan rayas, o si las tienen que sean de un ancho muy diferente. Una vez tengas esto perfeccionado puedes empezar a combinar puntos pequeños con cuadros pequeños en la camisa, diagonales con cuadros pequeños en la camisa y estampados geométricos con rayas muy finas en la camisa. Recuerda esta regla de oro: la corbata debe ser siempre más oscura que la camisa y debe contrastar.
Con información de Revista Don Juan