¿Así que decidiste mudarte con tu chico? Perfecto, pero ya que estás llevando las cosas al siguiente nivel, hay unas cosas que deberías saber de antemano para estar mentalmente preparada sobre lo que va a ser vivir con él. Específicamente la experiencia que va a ser compartir el baño con él.

No es un secreto que mudarte con tu pareja puede ser algo como un reto, pero aquí te guiamos más o menos por el camino emocional que tendrás durante el inicio de esta nueva etapa en tu vida:

Emoción

Tu panza está llena de mariposas por la simple idea de pensar en lo que esto podría significar para el futuro de tu relación. Ya te viste con él teniendo baños románticos en la tina con burbujas.

Productividad

Adios al plato cuestionable para el jabón y el asiento del escusado roto y bienvenido el tapete peludo y las velas aromáticas.

Sensualidad

Sexo en la regadera sin compartir la casa con otras personas es mucho más satisfactorio. Te cuesta trabajo creer que te estuviste perdiendo de tanto tiempo sin ropa con tu pareja hasta ahora.

Cautela

Ya pasaste la etapa donde tratas de convencerlo de que tus deshechos huelen a rosas, pero aún no estás lista para empezar a usar el baño libremente mientras él esté cerca.

Frustración

¿Qué podría estar haciendo para tomar tanto tiempo ahí? Ya sabes que evacuar no toma tanto tiempo, ¿está jugando con su celular, escribiendo una novela o qué?  En esta etapa ya superaste la cautela y ya haces las cosas cuando quieres.

Asco

¿Creías que a ti se te caía el pelo? No hay manera de que se te caiga suficiente cabello de la cabeza para llegar al nivel de todo ese vello corporal que se está acumulando en la regadera, en el piso e incluso el lavabo.

Confusión

¿De verdad es posible que él no tenga idea de cómo limpiar un escusado? ¿Cómo llegó hasta aquí en la vida sin este conocimiento? Hora de educarlo.

Miedo

Estás relajada en tu sillón cuando de repente oyes un chapoteo. Volteas lentamente esperando que lo que hayas oído fue a través de la puerta cerrada o que se cayó en el escusado. En ese momento lo escuchas decirte algo, no tienes idea de qué, sólo sabes que él está ahí sentado en el escusado, con los pantalones en los tobillos… con la puerta abierta, pero lo peor es que te está hablando encima de todo. No puedes con el terror.

Estrés

Él necesita bañar y rasurarse todas las mañanas y tú necesitas secar tu cabello, pero es imposible conseguir esto en un baño lleno de vapor. ¿Qué hacer?

Evasión

Ya estableciste que el sexo en la regadera es divertido, pero aveces quieres estar desnuda en la ducha sola para poder rasurarte las piernas y cosas así. Pero ahora “me voy a bañar” al parecer se convirtió en la nueva clave para “quiero verte desnudo conmigo ahora mismo en la regadera.” Te culpas por haber creado a este monstruo.

Vergüenza

Tapaste el escusado y te das cuenta que no hay un destapador en la casa. Buscas en línea maneras de solucionar tu problema con los recursos que tienes ahorita en la casa y terminas perdiendo tanto tiempo que te descubren. Al menos ahora puedes ir por ese destapador.

Irritación

Él te reclama todos los días por dejar tu cabello en la coladera de la regadera, tú le contestas con quejas de su vello facial en el lavabo todo el tiempo.

Compasión

Es pura cortesía advertirle a la persona que amas que espere unos 10 minutos para entrar al baño después de que sales. Eso es amor real (¡yay! ya superaste ese trauma)

Publicado por Othón Vélez O’Brien.