Los estudiantes del segundo año de fotografía de la escuela de artes Écal crearon una exposición donde el objetivo era ponerse en ridículo como práctica creativa.
La exposición muestra fotos que los alumnos fueron recolectando o que, incluso produjeron especialmente para exponerlas. Al ponerse en ridículo, las fotografías permiten contar historias más personales y riesgosas. En estas fotografías, los artistas sacan a flote sus peores miedos o sufrimientos, “poniendo en ridículo” todo aquello que los hace sufrir.