Los hombres son atraídos por mujeres con traseros prominentes porque son señal de buenos genes y una habilidad de trabajar. Sin embargo, no son los traseros en sí que atraen, sino que una curvatura que se presenta en la espina dorsal que resulta por la protuberancia.
La curvatura lumbar de una mujer es una estadística vital recientemente descubierta y el ángulo más atractivo es de 45.5º. Según investigaciones, la atracción esta vinculada con características que en viejos tiempos hubieran ayudado a resolver retos de adaptación relacionados a la supervivencia y la reproducción.
Caminar sobre dos pies hubiera aplicado más presión en mujeres durante el embarazo. Se ha calculado que sin adaptación, el peso fetal hubiera llevado a un incremento del 800% en el par de torsión de la cadera durante el embarazo. El dolor hubiera afectado la capacidad de trabajar y encontrar alimento.
Pero la columna femenina evolucionó y se adaptó, moviendo la antepenúltima vértebra lumbar que permite que las mujeres pasen el peso fetal hacia sus caderas. Los hombres que prefieres a estas mujeres tendrían una pareja que sería menos vulnerable a lastimarse la columna vertebral, sería mejor para recolectar alimentos y lidiaría mejor con más de un embarazo.
Para poner la teoría a prueba de que los hombres han adquirido una preferencia para la curvatura lumbar, investigadores llevaron a cabo dos estudios. Hombres fueron mostrados imágenes de mujeres con diferentes ángulos de curvatura y se les pidió que las calificaran. Los mayores niveles de atracción eran para aquellas con un ángulo de 45.5º, cuya calificación eran 30% mayores que aquellas con mayores o menores ángulos de curvatura.
Este ángulo también es considerado el más óptimo para lidiar con el peso fetal. Otro estudio mostró que la masa no estaba vinculada con la curvatura.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.