Uno siempre tiene mucha prisa cuando camina por la calle y va enfocado principalmente en uno mismo, aislado, sin importarle los demás que lo rodean. No nos detenemos, tenemos que estar en algún lado y tenemos que estar ahí ya, cualquier cosa en el camino sólo puede ser una distracción.
Estos jóvenes decidieron hacer algo para contrarrestar esta actitud que tenemos ante los demás para recordarnos que estamos rodeados de gente, no seres intransigentes que existen por unos efímeros segundos.
Trata de vez en cuando cambiarle el día a alguien que no conozcas y que sientas que le puede caer bien, al mundo le hace falta tener más momentos como este.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.