Casi todo lo que sabemos sobre la estereopsis, o visión tridimensional, lo hemos aprendido de vertebrados. Monos, gatos, buhos e incluso sapos han sido sujetos de investigación para demostrar que estos animales tienen la capacidad de percibir profundidad. Pero esta misma capacidad sólo se ha podido demostrar con un invertebrado: el mantis.
Para elaborar más esta investigación sobre cómo estos insectos evolucionaros para adquirir estereopsis de manera independiente de los vertebrados, le tuvieron que poner unos pequeños lentes 3D y los pusieron a ver proyecciones de objetos en movimiento para ver si reaccionaron. Así es cómo funcionó:
Publicado por Othón Vélez O’Brien.