Incursionar en la literatura infantil no fue fácil, pues los pequeños lectores poseen una imaginación extensa y barroca, además de que tienen un gran exigencia de lógica, expresó el escritor Juan Villoro en la presentación de la edición conmemorativa de “El libro salvaje”.

En el marco de la XXXV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), el miembro de El Colegio Nacional, mencionó que crear esta obra, con la que inician los festejos por el 80 aniversario del Fondo de Cultura Económica (FCE), implicó cumplir con las reglas.

“Eso es extremadamente difícil; combinar la riqueza imaginativa con la lógica.

“Por otra parte, una de las cosas más atractivas de la literatura infantil es el final feliz, las cosas acaban bien, pero una de las cosas más difíciles es que los personajes merezcan la felicidad, los personajes tienen que conquistar la dicha”, compartió sobre los retos a los que se enfrentó para crear esta obra.

El autor, para quien esta clase de literatura es una rama de la filosofía por las dudas que incentiva, detalló que “El Libro Salvaje”, como su nombre lo dice narra la historia de una obra literaria rebelde, la cual no quiere ser leída.

“Narra la aventura de leer, yo tenía muchos deseos de compartir con los lectores, especialmente con los más jóvenes, el gusto por la lectura”, dijo sobre las razones que lo motivaron a crear este libro, que en su edición conmemorativa cuenta con pasta dura e ilustraciones de Gabriel Martínez Meave.

Asimismo recordó que esta obra además surge de su idea de que los libros tienen una manera muy caprichosa de comportarse, pues desaparecen por largos periodos o no se encuentran en librerías.

“Se me ocurrió la posibilidad de escribir una historia que tuviera que ver con esa condición viva de los libros que se acercan o se alejan de los lectores y si los libros pueden tener ese carácter, entre ellos pueden haber uno rebelde que decida no tener ningún lector”, detalló.

De los personajes, apuntó que decidió ponerles su nombre y el de su hermana, para volver de una manera más genuina a la época de la infancia.

“Porque como dice Saint-Exupéry en la dedicatorio del ´Principito´, todos los hombres han sido adultos pero la mayoría lo ha olvidado y escribir literatura para niños es un intento de recuperar la infancia a voluntad”, señaló.

En su oportunidad, el ilustrador Gabriel Martínez Meave recordó que para crear las más de 50 ilustraciones que aparecen en “El libro salvaje”, tuvo sólo 17 días, tiempo que le implicó un reto y que al vez incentivo su creatividad.

En la nueva edición de esta obra, que puede considerarse un clásico contemporáneo de la literatura infantil, dijo Martínez Meave, decidió incluir ilustraciones que incentiven la imaginación del pequeño lector, razón por lo que no aparecen rostros.

“Entonces cada lector hace su propio personaje, su propio imaginario, y eso es algo muy rico, por eso hicimos a los personajes como insinuaciones, como sombras, siluetas, como cosas que están ahí pero que no tienen una forma definida”, reveló.

Por su parte, el promotor de lectura Emanuelle Ramos compartió que “El libro salvaje” lo ha leído en una casa hogar, donde los niños se emocionan con los relatos.

Tras la presentación, el público compartió algunas de sus experiencias con esta obra, que ha sido traducida al inglés, francés, italiano y alemán, la mayoría de ellas relacionadas con lo sorprendente que es adentrarse en el mundo de la literatura.

México, 2 Mar. (Notimex).