Oriente Medio es en la actualidad el escenario de una nueva forma de carrera aeroespacial. A medida que las economías crecen en un puñado de países de la región, también crecen las ambiciones, y pocas cosas simbolizan las aspiraciones de un país de manera apropiada como lo hacen los aeropuertos.

No sorprende, por lo tanto, que Abu Dabi, Dubái, Doha, Estambul y Riad compitan por tener el centro más grande e imponente de transporte en la región.

El aeropuerto principal de Riad, el Rey Khaled, está siendo sometido a una expansión de 800 millones de dólares. El nuevo aeropuerto podrá acoger a 50 millones de pasajeros cada año.

«A Oriente Medio le gusta utilizar palabras como ‘icónico’ y ‘clase mundial'», dice Anthony Mosellie, un gerente ejecutivo de Kohn Pedersen Fox Associates, la compañía de arquitectos a cargo del diseño del Abu Dhabi Midfield Terminal Complex.

La extensión total del aeropuerto de Abu Dabi, el cual está previsto que complete su construcción en 2017, tendrá un costo de 6.800 millones de dólares (en comparación, la reforma de Delta en JFK, con un costo de 1.400 millones de dólares, palidece).

A pesar que esta suma parece considerable, Mosellie hace ver que el costo por pie cuadrado es bastante razonable. Lo que sucede es que el nuevo complejo tendrá un área de siete millones de pies cuadrados (2.133.600 metros cuadrados), un poco más grande que el Pentágono. También cambiará el horizonte de Abu Dabi.

«Será la terminal más alta del mundo», dijo.

Los nuevos aeropuertos ya compiten por los superlativos. El Aeropuerto Internacional Hamad de Doha albergará la segunda pista de aterrizaje más larga del mundo, mientras que Estambul y Dubái compiten por el título del aeropuerto más grande. De manera adecuada, todos están implementando instalaciones modernas, ya sea con pistas de aterrizaje especialmente diseñadas o puentes escalonados, para acomodar un Airbus A380, la aeronave de pasajeros más grande del mundo.

El Aeropuerto Internacional Hamad de Doha —que estará en operaciones en 2015— tiene un área de 6.4 millones de pies. El complejo incluye una mezquita, dos hoteles de 100 habitaciones y un spa.

En cierto grado, estos inminentes centros tienen también como fin ser escaparates de la ciudad que se encuentra más allá de los controles de pasaportes. Comercios minoristas, hoteles de cinco estrellas y el paisajismo son parte del diseño como lo son las aduanas y los dispositivos de seguridad. La terminal de Abu Dabi, por ejemplo, también tendrá un museo para despertar el interés en las próximas adiciones del Louvre y Guggenheim en la ciudad.

«Un cierto número de pasajeros no llegará a Abu Dabi porque estarán en tránsito. El plan es utilizar el aeropuerto para que conozcan y vuelvan a visitar más adelante», dijo Mosellie.

Probablemente dice más que de las características de los aeropuertos la capacidad que planean tener; combinados acomodarán un total de 450 millones de pasajeros, un incremento significativo de los 140 millones que en la actualidad tienen en la región.

«Cuando sumas las cantidades, es desbordante. Parece que será muy difícil que alcancen sus aspiraciones cuando los ves en grupo», dijo Rend Stephan, socio y director ejecutivo de The Boston Consulting Group. Aún así, Rend expresa dudas que cualquiera de los aeropuertos propuestos tambalee.

«Probablemente no llenarán su capacidad en los próximos cinco años, pero no creo que alguno de ellos colapse. Toda la región ha adoptado la estrategia de ‘si lo construyes, vendrán’. Cuando estás estructuralmente avanzado, esta estrategia puede funcionar».

Los aeropuertos son parte de un gran plan de expansión en la región. Un incremento en la actividad en los aeropuertos también significa mayores tasas por aterrizaje e ingresos por tiendas libres de impuestos. En Dubái, la aviación ya genera un 28% del PIB de la ciudad, una cifra que se espera aumente a un 35% una vez el aeropuerto funcione a plena capacidad.

El nuevo aeropuerto de Dubái, Dubai World Central, abrirá sus puertas en octubre. Alcanzará una capacidad anual de 160 millones de pasajeros.

«Este país reconoce el valor de la aviación y lo aprovecha», dijo Lorne Riley, director de comunicaciones corporativas en los Aeropuertos de Dubái.

Desde su concepción, el Aeropuerto Internacional de Dubái ha visto el número de pasajeros crecer un promedio de 15% anual (aproximadamente tres veces el promedio mundial). Este año, superó al Charles de Gaulle en términos de tráfico de pasajeros, lo que lo convierte en el segundo aeropuerto más ajetreado del mundo. Como resultado, a Riley no le preocupa que estén exagerando en sus planes.

«No estamos sobrecargados… aún. Aunque ahora no es un problema, podría serlo en la década de 2020 cuando lleguemos al máximo de nuestra capacidad, que es 74 millones. Al final de año, deberíamos alcanzar los 66 millones» dijo Riley.

Aunque Stephan cree que algunos de los aeropuertos deberían «ajustar sus aspiraciones», cree que cada uno tiene su ventaja. En especial, predice un tremendo crecimiento en el proyectado Nuevo Aeropuerto de Estambul que aspira tener la capacidad anual de 150 millones.

«Estambul está creciendo. Está capturando una cuota del mercado de las aerolíneas europeas y, comparada con los países del Consejo de Cooperación para los Estados Pérsico del Golfo, tiene un mercado doméstico fuerte. ¿Alcanzarán los números exactos que dicen? ¿Quién lo sabe? Sin embargo, son fuertes y no dudo que esto continuará en el futuro inmediato.

Posiblemente preocupe más el espacio aéreo limitado cuando todos los aeropuertos comiencen a funcionar. Riley admite que no habrá sitio para dos aeropuertos en Dubái.

«Probablemente no podrán trabajar a plena capacidad dos aeropuertos de ese tamaño tan cercanos uno del otro por el tráfico aéreo. El espacio aéreo es finito», dijo. Lo que en último caso pasará en Dubái International todavía está por verse.

«En este momento no tenemos una respuesta firme al respecto» admite Riley. «Por ahora, se estudia y afina el plan maestro».

Fuente: (CNN)