Definitivamente, hay amores que no mueren nunca, sobre todo aquellos que matan. Naces el día en que te besan y mueres el día en que te abandonan. O lo que es peor, tú les abandonas.

Odias a ese ex por no poder odiarlo, y te odias a ti misma por no dejarte odiarlo y por necesitarlo en tu vida. Tienes la sensación de que todo, y cuando digo todo es TODO, te conduce a él. Crees en el destino y el día en que se alineen los astros volverá a tus brazos. De hecho, nunca has perdido la esperanza y estás totalmente convencida de que eso pasará.

No puedes ser feliz al 100% y no puedes amar en toda regla porque él siempre estará ahí, en medio, sin comer ni dejarte comer a ti. Y aunque conozcas otras personas, otros nombres, otras manos, otros besos, otros abrazos…No habrán ningunos que se parezcan a los suyos. Compararás todo y sentirás un vacío dentro al sentirte incapaz de amar como lo habías hecho antes.

Te surgirán las dudas, ¿debo seguir mi vida?, ¿debo decirle todo lo que siento?, ¿por qué no puedo sentir por otra persona lo que sentí con él?, ¿podré ser feliz con otra persona?, ¿podré soportar verle con otra?… te surgirán miles de dudas y preguntas. A menudo te volverás loca, un segundo pensarás una cosa y al minuto siguiente justamente lo contrario.

No enloquezcas. No acordarse nunca de olvidarlo es normal. Porque lo es, ¿verdad? No puedes además comentar esto con nadie porque todos te dirán que has perdido la cabeza, y en realidad tú sólo quieres escucharle decir tu nombre. No pides tanto.

Quieres que sienta y haga lo mismo que tú sientes, pero  a la vez sientes miedo. Miedo porque ha pasado un tiempo y ya no son los que eran unos años atrás. Quizás ahora ya no sea como antes, ya no lo conoces, sus gustos han cambiado, ¿funcionaría ahora?

A veces te dices esto a ti misma, y cuando lo dices en voz alta, suena estúpido y te matarías sólo por tener estas ocurrencias. Luego te surge la vena sentimental y crees que hay que dejar que todo fluya, que el destino está escrito y que lo que tenga que ser será, pero amiga, el destino también lo eliges tú con tus actos.

Te imaginas una vida a su lado, cómo sería. Te imaginas como será la otra primera cita que tendrían. Te lo imaginas todo, hasta la música celestial que sonaría…

En ese momento desaparece todo lo que tienes alrededor y sólo quedan él y tú. Y te das cuenta de que ese chico es el único que debes besar el resto de tu vida, quieres reír y llorar, eres feliz y sientes miedo. Despiertas.

Hay muchas cosas esenciales en la vida, el amor es una de ellas, intentar conciliar un amor que diste por perdido pero que en realidad sigue latente en tu vida es muy difícil. Nunca podrás ser feliz hasta que no cierres ese amor o lo que es mejor aún, si realmente crees que es el amor y el hombre de tu vida, ve a por él. Nunca serás más feliz que intentándolo, otra opción es seguir con tu vida y seguir viviendo engañada creyendo que algún día podrás ser igual de feliz que con él.

 Autora: Cristina Esquiu i Llamas