Viajar puede convertirse también en una mala experiencia, al menos si no tomas en cuenta algunas de estas sencillas previsiones.

“Missed the flight”, Rodney Smith

Viajar es, en general, una experiencia admirable, enriquecedora, pero sabemos también que a veces, si no se toman ciertas previsiones, puede virar radicalmente y convertirse en algo más bien tormentoso.

Recientemente el sitio Budget Travel enlistó los que considera los 10 errores más frecuentes al viajar, además de una serie de consejos para no incurrir en ellos.

1. No considerar el tiempo suficiente entre la conexión de vuelos

Cuando un viaje implica realizar conexiones entre distintos vuelos, lo mejor es dejar al menos un margen de una hora y media entre cada uno, con lo que se reducen significativamente las posibilidades de perder un avión.

2. No tramitar tu pasaporte con anticipación

La duración del trámite del pasaporte varía de país en país, pero en casi todos se cumple la constancia burocrática de algún imprevisto que te impida obtenerlo en tiempo, así que lo mejor es iniciar dichos trámites cuanto antes, revisar su fecha de expiración y, en general, confirmar que en este documento todo esté en orden.

3. Subestimar la distancia entre tu hotel y el centro de la ciudad

Aun con toda la información que podemos encontrar en Internet sobre el lugar al que nos dirigimos, es posible que pienses que el sitio donde te vas a alojar “no está tan lejos” de donde se realizan las actividades más interesantes de la ciudad, donde se encuentran los atractivos turísticos y otras experiencias que seguramente tienen planeado vivir al visitar un destino. Aunque usualmente los hoteles que se encuentran en el centro de una ciudad son también los más costosos, optar por uno lejano puede no ser una opción inteligente: aquello que ahorras de alojamiento probablemente lo gastes en transporte, o quizá no puedas disfrutar de actividades nocturnas por esta misma razón, o te expongas a otros riesgos.

4. Querer hacer mucho en un solo viaje

Algunos lugares son realmente inabarcables, y esto no es una exageración. Por más que quieras, recorrer el Museo de Louvre en un solo día es prácticamente imposible y, si lo intentas, puede ser incluso irritante. Lo mejor es dar a cada experiencia el tiempo adecuado. Y quién sabe, quizá dejar un pendiente sea también una especie de promesa de que algún día regresarás a saldarlo.

5. No ser sincero contigo mismo

No por encontrarte en un destino prestigioso o de todos ambicionado significa que todo debe gustarte. Estar en Londres no se traduce automáticamente en que encuentres delicioso el “fish & chips”, o quizá puedas aburrirte al visitar las ruinas incas. Está bien. No todo tiene que ser perfecto. A fin de cuentas esto también es parte de un viaje. En sentido opuesto, una experiencia no planeada también puede resultar imprevisiblemente sorprendente.

6. Visitar únicamente lugares turísticos

En países y ciudades donde el turismo es una de las fuentes más importantes de ingreso, es común que exista toda una infraestructura diseñada especialmente para las personas que llegan a visitarlos. Y si bien esto tiene su lado positivo, también puede redundar en que tu experiencia sea menos auténtica de lo que esperabas. Así, en vez de entregarte a ese restaurante medianamente folclórico en el centro de una ciudad, podrías investigar un poco antes y, por ejemplo, llevar contigo la dirección de un lugar quizá un tanto menos conocido pero donde de verdad se sirve la comida del lugar. Lo mismo puede ser para algunos museos, plazas y jardines que todavía se mantienen como rincones a la espera de ser descubiertos.

7. Creer que tu hotel será como en la revista donde lo promocionan

La fotografía es perfecta: una cama de sábanas impecables bañada por la luz que entra desde una enorme ventana que a su vez ofrece un panorama casi onírico. Esto, sin embargo, puede ser solo publicidad. Puede ser que tu habitación, sin ser totalmente decepcionante, no corresponda con la imagen que te habías hecho del lugar. Antes de viajar puedes llamar al hotel donde piensas hospedarte, o escribir un correo electrónico, y preguntar sobre las verdaderas condiciones del lugar.

8. No conceder importancia a los detalles de tu arrendador

Si tu estancia es un poco más prolongada tal vez haya optado por rentar un apartamento o una casa. Si este es el caso, revisa con cuidado los detalles y cláusulas de tu arrendador: puede ser que este tenga una mascota, que establezca algunos horarios u otro tipo de requisitos, que por sus gustos pueda ser que la convivencia cotidiana (si vas a compartir espacio) pueda ser más agradable que con otras personas.

9. Escoger un aeropuerto alterno

Llegar a un aeropuerto alterno al principal puede reducir el costo de tu viaje, pero también puede hacer que gastes más en transporte de la terminal a tu lugar de alojamiento.

10. Optar por un tiempo compartido

La opción de “tiempo compartido” de algunos hoteles también puede reducir tus gastos de viaje, pero al mismo tiempo puede significar un malestar durante todo el tiempo que dure tu estancia. Las “ofertas” con que la administración del lugar persigue a sus alojados pueden convertirse en una pesadilla que quizá sea mejor evitar.

Fuente: The Wow