¿Cómo logra sobrevivir una organización religiosa que fue fundada por un sacerdote manchado por acusaciones de pederastia, señalado de supuesta adicción al demerol, por plagio de libros y cuestionado padre de varios niños a pesar de su voto de celibato? Pues esa es la pregunta que intentan responder en Roma los representantes de la Legión de Cristo.

La poderosa congregación católica, creada en México en 1941 por el polémico Marcial Maciel Degollado, se juega su futuro durante las reuniones extraordinarias que se realizan en el Vaticano para redefinir la constitución de sus normas y afrontar lo que sería su posible disolución, si el resultado no es el que espera el papa Francisco.

Pero acabar con la controvertida organización no es fácil. Los Legionarios de Cristo y su institución Regnum Christi cuentan con 67.000 miembros laicos, 893 sacerdotes y 2.371 seminaristas.

Además es propietaria de 15 universidades alrededor del mundo y 172 colegios con 122.000 estudiantes, un emporio religioso tan influyente que logró ocultar durante décadas el “inescrupuloso e inmoral” comportamiento de su fundador, el padre Maciel, como la propia Iglesia Católica lo calificó.

Sin embargo, la apuesta es sobrevivir después de revelarse el escandaloso prontuario de Maciel y con cargos y culpas aceptados por la misma institución en 2009.

El cardenal Velasio de Paolis, supervisor del Vaticano y vocero temporal de la congregación, afirmó que con esta reunión -que durará 20 días- se pone fin a un proceso de investigación que empezó en 2011, por orden directa del entonces papa Benedicto XVI.

“Los actuales miembros de la Legión han tenido una historia de sufrimiento que es importante no olvidar. El empeño durante estos días será realizar una profunda renovación basada en la vocación y el seguimiento del evangelio”, afirmó de Paolis durante la homilía que dio inicio al Capítulo General, como se ha denominado a las reuniones donde también se eligirá a un nuevo director.

En su sitio online se puede encontrar información y su visión sobre la reorganización.

“Los Legionarios de Cristo tienen un patrimonio espiritual muy importante y es sobre esto donde se debe centrar esta renovación: hay laicos, sacerdotes y seminaristas comprometidos con ello”, afirmó de Paolis en una entrevista con el vocero del Vaticano, Federico Lombardi.

Simpatía vaticana

Expertos coinciden que este será uno de los primeros retos que tendrá Francisco como Papa, al enfrentarse al apoyo o al rechazo de la Legión de Cristo. Pero, ¿cómo llegó a este estado una organización que por años fue considerada el brazo apostólico de Roma?

Juan Pablo II y Marcial MacielEl padre Maciel siempre contó con la protección de Juan Pablo II a pesar de las denuncias en su contra.

La Legión de Cristo comenzó como un centro de formación sacerdotal, pero después Maciel lo encaminó hacia lo que sería su verdadero empeño: la educación.

Con la adquisición de la Universidad Anáhuac y la fundación del primer colegio Cumbres, en 1954, se inició la expansión de la comunidad por América Latina. La Legión de Cristo, administrada hábilmente por Maciel se convirtió rápidamente en una importante fuente de dinero que incluso llegó a aportar importantes recursos financieros al Vaticano.

De ese modo se ganó la simpatía de la curia y los pontífices. Juan Pablo II (a quien acompañó durante dos de sus viajes a México), se convirtió en protector de la figura de Maciel y sus legionarios.

Sin embargo, en 1997 el escándalo estalló en el interior de la organización. Ocho exseminaristas de los Legionarios le contaron al diario estadounidense “The Hartford Courant” que el flamante padre Maciel había abusado de ellos cuando eran niños.

“Nos hacía creer que para curarse de una enfermedad necesitaba del semen de los niños y que él debía ser el encargado de extraerlo”, relató una de las víctimas en su testimonio.

“Carente de escrúpulos”

En un comunicado entregado en 2002, el padre Maciel negó las acusaciones.

Pero llegaron más. Y no solo de ser un pedófilo consumado sino, en contra de su obligado celibato diocesano, se encontró que era padre de varios hijos, entre ellos, Norma Hilda Rivas, la más conocida por los medios.

Ante la avalancha de denuncias y rumores, el Vaticano no tuvo otra opción que investigar lo que estaba ocurriendo con Maciel. El encargado de tal empeño fue el entonces cardenal Joseph Ratzinger.

“Las ideas del padre Maciel aún continúan en el espíritu de la Legión de Cristo y eso es contradictorio. Por eso si van a renovarse, no pueden ser solo maquillaje, debe tener un cambio sustancial” – Jesús Bastante, periodista Religión Digital

Fue él mismo, convertido ya en Benedicto XVI, quien en 2006 le ordenó al polémico sacerdote retirarse en “oración y silencio”.

Pero fue más allá y en 2009, un año después de la muerte de Maciel en Estados Unidos, se publicó un informe que describía el accionar del fundador de la Legión.

“Los comportamientos inmorales de Maciel se configuran, a veces, como verdaderos delitos y manifiestan una vida carente de escrúpulos y de genuino sentimiento religioso”, se leyó en el documento.

Por ese motivo, las referencias en los sitios web y de comunicaciones internas de la congregación que hacían referencia a Maciel fueron retiradas y en un mensaje publicado el 30 de marzo de 2010, la Legión de Cristo se alejó definitivamente de la imagen de su fundador.

Sin embargo, según el actual vicario general de la Legión, Sylvester Heereman, 35 sacerdotes de la congregación han sido acusados de abuso sexual, de los cuales 14 fueron absueltos, 9 considerados culpables y 10 aún están bajo investigación.

Carisma contradictorio

A pesar del estigma, en 2010, Benedicto XVI comisionó al cardenal de Paolis para iniciar la renovación de la congregación con el objetivo inicial de reparar el daño a la imagen hecho por la figura de Marcial Maciel y segundo, de escribir una nueva constitución y elegir un director general que marque un nuevo rumbo.

¿Pero será posible?

Para el periodista Jesús Bastante, del portal de noticias religiosas en español Religión Digital, el problema radica en que el principio de la Legión de Cristo, por el cual se rige, fue dictado por una persona con una doble vida.

“La Legión de Cristo renunció a la figura de su fundador. Podrían sobrevivir los jesuitas renunciando al carisma fundacional de San Ignacio de Loyola o por hablar de casos recientes, pueden los neocatecúmenos permanecer sin la influencia de las enseñanzas de Kiko Argüello”, dijo Bastante.

Sin embargo, respecto al futuro inmediato cree que la mejor opción para la Legión de Cristo es la disolución y refundación con las mismos miembros, pero con un carisma espiritual dictado por otras personas.

“Las ideas del padre Maciel aún continúan en el espíritu de la organización y eso es contradictorio. Por eso si van a renovarse, no puede ser solo maquillaje”, dijo.

Los legionarios de CristoLa Legión de Cristo cuenta entre sus miembros a 893 sacerdotes y 2.373 seminaristas.

Renovación posible

Aunque está en contra de la idea de la refundación –que significaría acabar hasta con nombre- Jesús Colina, presidente del sitio Aeteia.org y consultor del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales del Vaticano, está de acuerdo en que la renovación debe ser profunda.

“Hasta ahora nadie ha promovido esa idea. Creo que si el espíritu de la Legión de Cristo siguiera la vida de Maciel ya se hubiera acabado, pero lo que ha encontrado el Vaticano han sido muchas personas que quieren seguir a Cristo de verdad”, explicó Colina.

Además considera que la iglesia está aprendiendo una lección de una persona que fue “nefasta” para el catolicismo.

“Nunca habíamos visto que el fundador de una institución católica tuviera una vida tan contraria al espíritu cristiano. Pero la iglesia aprendió que debe ser transparente y que estos casos no se pueden repetir”, señaló Colina.

Después de entregar la constitución renovada y de elegir al nuevo director, el papa Francisco decidirá el futuro de los legionarios a finales de febrero.

“Tenemos que formar los corazones, de lo contrario creamos pequeños monstruos y esos monstruos a su vez forman al pueblo de Dios. Eso me suscita la piel de gallina”, dijo el sumo pontífice al referirse al tema de la formación de nuevos sacerdotes.

(BBC)