Mucho más que bananas: la dieta de los monos americanos incluye 50 tipos diferentes de frutas al día, follaje e insectos.
Así se alimentan los monos en América Central y del Sur, según observaron científicos de la Universidad de Anglia del Este, en Reino Unido.
Y además, concluyeron los investigadores, la alimentación está estrechamente relacionada al tamaño de los primates.
En su estudio, publicado en la revista especializada Oikos, dicen que las especies de tamaño medio, como los monos saki, son los mayores consumidores de fruta.
En cambio, los primates más grandes, como el mono araña lanudo o muriquí, comen más hojas y follaje.
Para este trabajo los científicos reunieron y analizaron la información de 290 estudios sobre la dietas de los monos en América Central y Sudamérica que abarcan 42 años.
Cinco… por hora
La relación entre el tamaño y las preferencias en la dieta es clara, dicen los investigadores.
Los monos pequeños como los titís o los tamarinos comen más insectos y menos frutas.
Pero a medida que aumenta el tamaño corporal, también aumenta la predilección por alimentos jugosos. Especies como los sakis pueden comer entre 45 y 50 especies de fruta cada día.
A menudo comen las cinco piezas al día que se recomiendan para la dieta de los humanos en sólo una hora de recolección.
Los animales más grandes, entre los que se incluyen los monos aulladores y los muriquís, prefieren las hojas y el follaje.
“Observamos que la dieta de los primates de tamaño medio tiende a estar dominada por las frutas”, explica Joseph Hawes, co autor del estudio.
“Los monos más pequeños, que tienen requerimientos metabólicos más altos, comen más insectos ya que son una fuente de alta calidad de nutrientes y calorías”.
Frutas raras
Aunque tradicionalmente se asocia a los monos con la banana, los científicos observaron que no es la fruta más popular entre los monos americanos.
En su lugar, prefieren los frutos de árboles relativamente desconocidos, como los del género Pouteria (cauge, mamey, lúcumo) o Brosimum.
Cuanto más grandes son los monos, tienen menos preferencia por la fruta y más, en cambio, por el follaje.
“Sólo los primates más grandes pueden lidiar con los altos niveles de toxinas que se encuentran en las hojas”, aclara Hawes, “ya que tienen intestinos más complejos”.
Los científicos creen que su trabajo es importante no sólo para evaluar las necesidades de conservación de las diferentes especies sino también para reunir información sobre la riqueza vegetal de los bosques tropicales.
“Comprender la dieta de primates no humanos silvestres es muy importante para los planes de conservación de especies amenazadas por la pérdida de hábitats y la degradación de los bosques”, dice Carlos Peres, quien también firma este estudio.
“También es crucial para evaluar el rol de los primates dentro de las redes alimentarias de la selva, particularmente como propagadores de semillas de plantas tropicales”.