Que los perros se parezcan a los humanos no es nada extraño, sin embargo, esos parecidos pueden ser más grande de lo que pensabas: el mejor amigo del hombre también experimenta celos.

Un nuevo estudio realizado con 36 perros, asegura que los perros tienen un cambio dramático en su comportamiento cuando sus dueños muestran afecto a un canino de peluche capaz de ladrar y mover el rabo. Los canes reaccionaron con gruñidos, ladridos e intentos de separar a sus dueños del rival.

Para muchos, la idea de celos es exclusiva de los humanos por la compleja capacidad cognitiva que involucra la emoción. Sin embargo, el estudio dirigido por la psicóloga de la Universidad de California en San Diego, Christine Harris, logró mostrar que los perros también pueden expresarlo.

La investigación contó con canes de 14 razas, incluidos chihuahuas, Yorshire terriers, perros de Pomerania, salchicha y razas cruzadas. Se involucró sólo a perros pequeños ante el temor a que reaccionaran de forma agresiva y hubiera  que someterlos.

Además del peluche, el estudio introdujo un tercer objeto, un cubo con una cara pintada, al que los dueños de los perros hablaron y trataron como a un animal. Esta acción también despertó celos, aunque no tantos como el primer objeto.

Las autoras del estudio recuerdan que los celos son el tercer causante de homicidios no accidentales, de ahí la importancia de entender cómo funcionan para intentar controlar los aspectos menos saludables del sentimiento. Además, esta investigación respalda la teoría de que existe una forma «primigenia» de celos que se observa también en los bebés.

Con información de Agencias