En las pinturas de Keita Morimoto, luces amarillas y suaves de la calle, señalizaciones de LED y las luces del transporte público exponen la desconcertante naturaleza de la vigilancia perpetua.
Usando pinturas de acrílico y óleo, explora escenas de viajes diarios, paseos con amigos y viajes a máquinas vendedoras.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.