maquillaje

Durante años, el maquillaje estuvo lleno de reglas: que si los labios fuertes requieren ojos neutros, que el contouring debe seguir ciertas líneas, que el delineado solo se ve bien en ciertos tipos de ojos. Pero cada vez más personas están soltando ese guión preestablecido y descubriendo una forma de maquillarse mucho más libre, personal y emocional. o

El maquillaje sin reglas no se trata de aplicar productos sin pensar. Se trata de usar tu rostro como un lienzo, no como una hoja de respuestas. Tal vez un día quieras llevar glitter en los párpados a plena luz del día, y al siguiente, solo un poco de bálsamo con color. Todo vale si conecta contigo. o

Este enfoque también ayuda a sanar la relación que muchas tenemos con el espejo. En lugar de corregir o esconder, el maquillaje se vuelve una herramienta de juego, de expresión o incluso de protesta. Es un lenguaje que puedes usar para hablar contigo misma o con el mundo, sin necesidad de que tenga sentido para nadie más.

¿Quieres delinearte con colores neón aunque no vayas a ningún lado? Hazlo. ¿Te gusta cómo te ves con blush hasta las sienes aunque no sea “natural”? Perfecto. El maquillaje sin reglas borra la idea de que hay un look correcto y universal, y en cambio abre la puerta a la autenticidad. o

La belleza está encontrando nuevos caminos, más personales y menos normativos. Y aunque muchas tendencias apuntan hacia lo natural o lo minimalista, también hay un renacimiento del exceso: de los colores, las texturas, los detalles inesperados. Lo importante no es seguir una estética, sino descubrir cuál es la tuya.

Tu cara no necesita permiso. Sólo necesita que la veas con amor, y si quieres, con un toque de color. o

Publicado por Othón Vélez O’Brien.