Las autoridades de Australia temen por la vida de más de 100 personas desaparecidas tras los incendios forestales en la isla de Tasmania, que han arrasado con 120 mil hectáreas y han obligado a miles de residentes a huir.
El portavoz de la policía de Tasmania, Scott Tilyard, no descartó la posibilidad de encontrar víctimas mortales entre los escombros de un centenar de casas que han sido calcinadas en varias poblaciones de ese estado, ubicado al sureste de Australia.
“Temo que alguien haya muerto en el fuego, aunque aún es muy pronto para confirmarlo”, dijo Tilyard en un reporte sobre los incendios que comenzaron el viernes pasado debido a las altas temperaturas que han alcanzado los 41 grados centígrados, las más altas desde 1880.
Tanto la policía como los bomberos buscan posibles sobrevivientes en las áreas afectadas por los incendios, en particular en las poblaciones de Dunalley, Boomer Bay y Marion Bay, donde más de 100 residentes aún no se han puesto en contacto con sus familiares.
En Dunalley, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Hobart, las llamas destruyeron al menos 30 por ciento de los edificios de la población, obligando a la mayoría de sus habitantes a trasladarse a otras ciudades o refugios instalados por las autoridades.
Hasta ahora, las autoridades han reportado que más de tres mil personas han abandonado sus hogares, de las cuales al menos 300 se encuentra alojadas en los refugios gubernamentales.
El gobierno ha enviado un equipo de 65 bomberos a la isla de Tasmania para sumarse a las tareas de extinción de más de 40 focos de incendios que permanecen activos, según la agencia australiana de prensa AAP.
Asimismo, el gobierno indemnizará con hasta mil dólares a cada una de las personas afectadas por los siniestros en la isla de Tasmania, anunció este domingo la ministra de Gestión de Emergencias, Nicola Roxon.
El jefe de los bomberos de Tasmania, Gavin Freeman, explicó que a pesar de que algunos focos están controlados o han perdido intensidad, la población debe permanecer vigilante ante posibles rebrotes de las llamas.
Los incendios forestales son comunes en Australia, pero el peor ocurrió el 7 de febrero de 2009 en el estado de Victoria, con un saldo de 173 muertos, unas dos mil casas destruidas y medio millón de hectáreas calcinadas, en un suceso conocido como “Sábado negro”. (Notimex)